Revista Economía

Testimonio trastorno disfórico premenstrual: Patricia ❤️

Por Ms

¡Hola corajud@! Hoy, gracias a Patricia del foro «Vivir y Crecer con TDPM«, vamos a adentrarnos en un testimonio sincero y valiente sobre cómo el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) afecta la vida de tantas mujeres y cómo ella ha encontrado algo de paz y aceptación. Este relato, lleno de luchas y de pequeños triunfos, busca dar un respiro y una luz de esperanza a quienes puedan estar enfrentando este mismo desafío sin saber qué les ocurre.

Patricia comparte sus vivencias de más de 20 años conviviendo con el TDPM, y su historia puede ser la clave para entendernos mejor.


La duda permanente

Hola, soy Patricia, y quiero compartirles mi experiencia de vivir con TDPM.

Llevo más de 20 años enfrentándome a este trastorno, aunque durante mucho tiempo no sabía ni qué era.

De adolescente y ya en la adultez, yo vivía «bien». Mi familia no era perfecta, pero tampoco había algo radicalmente negativo en casa. Sin embargo, desde pequeña había cosas en mi vida que me dolían y que, sin darme cuenta, fui «tapeando» con comida y alcohol. Esa anestesia emocional funcionaba a ratos, pero había algo que seguía ahí, acechando.

Cada dos semanas, mi vida cambiaba radicalmente. Pasaba de ser una persona con energía y con ganas, a sentirme miserable, sin fuerzas, desmotivada, sin ganas de nada.

Un cansancio que iba más allá de lo físico, como si me arrancaran algo de adentro. Y, claro, la tristeza era tan intensa que todo a mi alrededor se sentía insuperable.

A los 23 años, ya siendo mamá de una niña, este sufrimiento que venía cada 15 días solo empeoraba. Me sentía atrapada en un ciclo donde en un momento era la madre alegre y cariñosa que quería ser, y a las pocas semanas, esa versión mía desaparecía y surgía otra: una mujer desesperanzada, agotada, con ganas de llorar y sin ninguna ilusión por la vida. Había días en los que no podía salir de la cama, y otros en los que comía sin parar, buscando algo que calmara esa ansiedad feroz. Era como si la vida se dividiera entre la “Patricia feliz” y la “Patricia rota”, sin un punto intermedio.

Me preguntaba por qué, sin motivo aparente, caía en ese pozo oscuro cada mes. Me sentía sola e incomprendida, y ni siquiera los médicos lograban decirme qué me ocurría. Iba de psiquiatra en psiquiatra, de ginecólogo en ginecólogo, buscando alguna explicación. No encontraban nada, y yo me sentía cada vez más aislada.

El Alivio de ponerle nombre

Años después, en una de esas tantas búsquedas en Internet, encontré una explicación: trastorno disfórico premenstrual (TDPM). Al leer los síntomas, sentí que alguien había escrito mi historia. No podía creerlo; no estaba sola, y esto que vivía tenía un nombre. Ahí empezó mi verdadero camino hacia entender mi cuerpo y mi mente.

Descubrí que este trastorno afectaba a otras mujeres de la misma manera y, aunque la noticia fue un alivio, también sentí tristeza.

Sabía que nosotras, las mujeres con TDPM, éramos «la excepción a la regla». Sabía que no sería un proceso fácil, pero, al menos, había dejado de sentir que estaba loca.

El grupo de apoyo y el aprendizaje de aceptarme

Encontré un grupo de mujeres que padecen lo mismo que yo y la verdad es que sentí alivio porque no era la única, pero también tristeza al ver que somos la excepción a la regla y la pasamos muy mal y no sabemos cómo salir de ahí.

Al yo empezar a contar mi experiencia y ellas la suya, he sentido un descanso. Una verdadera amistad de chicas impresionantemente bellas e inteligentes y con ésta condición que nos identifica, aprendí a aceptarla, a dejar sentir mis emociones, a llorar sin pena, a dar las gracias porque mi cuerpo hace lo mejor que puede y por último mi ser superior que actúa a través de muchas mujeres y personal que me han ayudado en los peores momentos.

He aprendido a cuidarme, a aceptarme y a ser amable conmigo cuándo llegan éstas crisis, hay un sin fin de síntomas muy característicos, pero los más dolorosos son el sentirnos miserables, incomprendidas, deprimidas y ansiosas.

Debo aceptar que mi tratamiento psiquiátrico y mi buena disposición me ha ayudado, y doy las gracias a mi hermosa amiga de crear éste contenido para las chicas que padecen éste difícil trastorno y sepan que nunca más estarán solas!


Espero que este maravilloso testimonio te de fuerza e información, y te anime a compartir el tuyo para que normalicemos una condición que nos sucede a más mujeres de las que pensamos.

Si padeces el trastorno te dejo una serie de recursos que pueden ayudarte en el proceso, y que en parte proviene del grupo Vivir y Crecer con TDPM:

  1. Testimonio propio
  2. Tratamientos del tdpm
  3. Tratamientos naturales
  4. Foros del tdpm
  5. Especialistas del tdpm
  6. Cómo detectar el tdpm
  7. Alimentación antiinflamatoria
  8. Qué comer en cada fase del ciclo menstrual
  9. Perimenopausia: tratamientos naturales
  10. Test trastorno disfórico premenstrual

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