La congoleńa Ty Kazitediko trabaja como empleada de hogar dos horas al día de lunes a viernes. La familia de cuatro miembros con la que desarrolla su labor fue una de las pocas que acudió a la Seguridad Social durante los primeros meses de la entrada en vigor de la ley, en concreto en febrero, para darle de alta. Está satisfecha con ella y con su trabajo, básicamente de limpieza y plancha, pero admite que los 280 euros que gana al mes no le dan para vivir. Su marido no trabaja y tienen dos hijos de dos y cuatro ańos que mantener. ŤEs una situación complicada porque pagamos 500 euros de alquiler; antes nos daban 400 euros de la risga, pero ahora, desde que me dieron de alta, solo cobro 188ť, explica. Por eso, necesita con urgencia trabajar dos o tres horas más en otras casas Ťporque el trabajo por horas en una casa no da para vivirť. Tanto ella como Cáritas ponen todo su empeńo para encontrar una solución cuanto antes.
Vanessa Valeria es brasileńa y trabaja también como empleada del hogar dos días a la semana por los que le pagan a 8,50 euros la hora.
Al contrario que Ty Kazitediko, a ella aún no le han dado de alta en la Seguridad Social.
Aun así, está satisfecha con la familia y espera que, una vez que transcurra el tiempo suficiente y valoren su trabajo, legalicen su situación.
ŤEstoy a gusto, es una persona muy flexible que ha depositado en mí su confianza y mucha responsabilidadť, comenta.
Como la anterior son cuatro en la familia y en la actualidad su marido trabaja con carácter temporal en un hotel. Más difícil lo tienen en invierno cuando, una vez finalizada la temporada fuerte de la hostelería, pasa a engrosar la lista del paro.
El trabajo lo consiguió gracias a los cursos que organiza Cáritas y, una vez, terminados, a través de la bolsa de empleo.
ŤAprendí mucho en el curso, es muy importante porque cuando una persona te dice que necesita que hagas ciertas cosas en dos horas, ya puedes valorarlo y darle una respuestať, ańade.
También aprendió cocina espańola, a buscar empleo, tecnología, a escribir una carta de presentación y perfeccionó espańol, todo un reto del que está orgullosa.
L. R. son las iniciales de una tercera empleada del hogar de nacionalidad mexicana. Su caso es diferente al de las anteriores. Desde hace pocos días ya está asegurada, pero tendrá que pagarlo ella, según le han informado en la casa que trabaja cuatro horas diarias de lunes a viernes. Cobra 350 euros al mes y hace todo lo de la casa: la comida, friega, plancha...
Antes de este empleo tuvo otros temporales, de sustituciones. ŤEstoy buscando trabajo para las tardes, pero ahora está muy difícil y, además, los pocos que hay son por la mańana, que es cuando trabajo de 10.30 a 14.30ť, explica esta vecina de Vigo desde hace cuatro ańos.