Natural de Telde, Mabel lleva trabajando en el sector del servicio doméstico desde que tenía 16 ańos. "Empecé porque desde muy joven quería tener mi propio sueldo y ganar independencia".
Después de tantos ańos, considera que su profesión exige una gran responsabilidad. "Es importante que haya mucha confianza porque puede que falte algo y duden de ti". Además, ha descubierto que "el truco para poder trabajar en esto, y a la vez poder llevar tu propia casa, está en madrugar y aprovechar todas las horas del día".
Mabel ha llegado a combinar la limpieza de varias casas a la vez pero, en la actualidad, su ritmo de trabajo es algo más calmado. "Ahora voy a una casa por las mańanas, tres veces a la semana. Por las tardes, a través de una empresa de limpieza, me encargo de limpiar oficinas del Cabildo".
Aunque en dicha empresa sí cuenta con un contrato laboral, por el contrario Mabel gestiona sus funciones de empleada doméstica por su cuenta. "En el trabajo doméstico no estoy asegurada, voy por libre. El dinero que gano es algo extra y, aunque no es mucho, al menos me da para los gastos de la casa".
Ante las próximas mejoras laborales de las que podrá disfrutar el gremio de las trabajadoras domésticas, Mabel considera que es posible que llegue a regularizar su oficio. "Esta es una buena oportunidad para que muchas empleadas tengamos mejores condiciones".
Sin embargo, espera que no se produzca demasiado intrusismo. "No me gustaría que esta medida hiciera que cualquier ama de casa, que no trabaja porque no quiere y se dedica a mantener su propio hogar, vaya y se declare como asistenta doméstica. No es justo que esas personas se aprovechen de una cosa por la que llevamos muchos ańos luchando las que sí trabajamos".
Fotografía - Luis del Rosario