Seguro que ya sólo por el título habéis entrado raudos y raudas a leer de que se trata. ¿Veis?, las tetas escandalizan, no sólo a los hombres, también a las mujeres. Crean morbo y atracción. Por suerte o desgracia es así.
Una vez más una foto de una madre lactante en facebook ha sido censurada, como ya pasó hace unos años con Leslie Power, ¿os acordaís? Y las madres lactantes, como ya están hartas y con razón, se han puesto a lucir teta en uno de las actos de amor más bellos que se pueden contemplar: amamantando a sus hijos. Si os queréis unir a la Revolución Blanca pinchad aquí.
¿Realmente es ofensivo?, ¿puede resultar lascivo ver a un bebé mamar del pecho de su madre? En las redes sociales circulan imágenes de mujeres que lucen curvas en pose claramente provocativa, vemos fotografías de violencia animal, mensajes escritos ordinarios, violentos, sexuales, comerciales.... pero todo eso vale. Llega una madre y cuelga una foto con su bebé a la teta y nos rasgamos las vestiduras. Pero estamos tontos, ¿o qué?
Esta mañana me pasaban un enlace en una entrevista antigua a Carolina Cerezuela. El inicio de la entrevista me gustó mucho, es importante que personajes públicos, de gran impacto social, digan cosas como 'Es como cuando me decían: "No cojas a la niña, que la vas a malcriar". No hacía ni caso porque para mí, 'malcriar' sería dejarla en el cochecito. No puedo dejar llorar a un bebé'. O como: 'El bebé necesita confianza, necesita saber que no ha llegado a un mundo hostil, que no existe el abandono', en referencia a los métodos conductuales para dormir.
Pero luego se puede leer: 'Nunca le di pecho porque íbamos a viajar mucho y quería delegar en el padre, que estaba deseando involucrarse. Y no te puedes sacar el pecho en cualquier parte porque la gente te mira'.
Cada cual elige la opción que cree más conveniente, e intento respetar todas las posturas, a pesar de que defiendo la lactancia materna. Pero decir que no puedes lactar por ahí porque te miran, me parece un poquito fuera de lugar. Yo miro a una madre que lacta, sí, claro que la miro, con admiración, con ternura, con amor de madre. Y cuando amamanté a mi hijo a veces me sentí observada, pero rara vez fueron miradas reprobatorias.
Madres del mundo, os lanzo un mensaje: ¡tetas fuera! Quizá de este modo consigamos normalizar un acto natural y bello como es alimentar a nuestros hijos.