Aquí estoy con otra de mis lecturas preCelsius. A este autor y esta saga las tengo pendientes desde hace muchos años, pero como iba a venir a la Celsius, decidí ponerme con el libro, para ver si me gustaría tenerlo firmado. Como con Un cuento oscuro, no he quedado muy convencida, pero en esta ocasión se debe a que el libro era demasiado juvenil para mí.

Traductor: Adolfo Muñoz
Título: Desconexión
Autor: Neal Shusterman
Editorial: AnayaSaga: 1/4
Número de páginas: 416
ISBN: 9788467829396
Sinopsis:
La Segunda Guerra Civil de Estados Unidos, también conocida como «Guerra Interna», fue un conflicto prolongado y sangriento que concluyó con una resolución escalofriante: la vida humana se considerará inviolable desde el momento de la concepción hasta que el niño cumpla los trece años, entre los trece y los dieciocho años de edad, sin embargo, los padres pueden decidir «abortar» a su hijo de modo retroactivo... con la condición de que el hijo, desde un punto de vista técnico, no muera. Al proceso por el cual se acaba con él al mismo tiempo que se le conserva con vida se le llama «desconexión». Actualmente, la desconexión es una práctica frecuente y socialmente aceptada.
Opinión:
Para mí, "literatura juvenil" engloba toda una serie de libros escritos para un público (de cualquier edad) con menor bagaje lector menor. Son libros, en una palabra, sencillos: no tienen un lenguaje muy elaborado, sino que es directo y cercano, suelen estar en primera persona para empatizar más con el lector, los personajes suelen tener poca evolución y profundidad, las tramas son dinámicas y llenas de acción, y los temas aparecen de forma superficial. Con todo esto no quiero dar la impresión de que se trata de obras menores, sino que están enfocadas a un público concreto y no pretenden más. Yo soy quién soy gracias a todos los libros juveniles que he leído, sin ellos no me hubiera interesado por la literatura.

Por tanto, al decir que este libro es juvenil, no quiero decir que sea un mal libro, sino que tiene toda una serie de características que se corresponden con esa etiqueta, las ya mencionadas con anterioridad. Estamos ante una historia con un lenguaje sencillo y escrita en un tono cercano, con una trama llena de aventuras y un poco de romance. Eso sí, se pasa un poco en lo de tratar de tonto al lector, pues mantiene en incógnita cosas que son obvias, explica vocabulario en notas al pie o los personajes hacen preguntas un poco estúpidas.
Este tipo de cosas pueden enfadarte si no vas con la perspectiva que es una historia juvenil. Cosas como que el protagonista huya de casa y le pillen porque tiene el móvil encendido y le han rastreado me parecerían movimientos estúpidos si no fuera porque los protagonistas son adolescentes y a veces cometen fallos propios de esa edad.


Lo que sí me ha molestado ha sido el baile de perspectivas, pues aunque la historia está narrada en tercera persona centrada en los tres personajes acabados de mencionar, a veces al narrador le interesan otras perspectivas para generar más interés y las adopta. Esto me parece hacer trampas, pues es muy fácil contar una historia y mantener el misterio si en los momentos clave cualquiera puede ser narrador.


Hay varias cosas a comentar sobre todo esto que no se tratan en la novela. El tema es muy interesante, pues habla acerca de la facilidad con la que los padres se quitan de encima la responsabilidad de cuidar a un hijo, de los trasplantes de órganos y de la identidad. El problema es que lo deja ahí, sin desarrollarlo ni profundizar en ello. Sobre el tema de los padres, no se habla de la difícil decisión que supone desconectar a tu hijo y al parecer hay muchísimos padres que están de acuerdo con la medida, algo que no entiendo. El gobierno no te obliga a desconectar a tu hijo conflictivo, eres tú quién lo decide, entonces ¿cómo hay tanta gente a favor de ello? Vale que les han dicho que no mueren porque todas las partes del cuerpo siguen ahí en alguna parte, pero aún así.

El tema de la identidad, de si se sigue vivo después de la desconexión, también está tratado superficialmente. Se habla de memoria muscular y hay un personaje que tiene parte de la consciencia de otra persona, pero poco más. Tampoco se habla de qué pasa con el resto del mundo, pues si EEUU se convierte en un laboratorio de cuerpos y hay otros países en los que no, debería haber muchos problemas con el tráfico de órganos. Superficialmente se habla de religión, con Lev, pero más allá del diezmo, no se habla mucho acerca de aquello en lo que creen.
Por tanto, creo que al mundo le falta desarrollo y profundidad. No me creo que no haya más disidentes y el tema de los terroristas aparece de refilón. Además, parece que hay muchas formas de evitar que te desconecten: si estás embarazada, si tienes una minusvalía, si eres un terrorista fallido, ... No entiendo por qué más gente no se aprovecha de todo esto.
En conclusión, Desconexión ha sido un libro que ha pasado sin pena ni gloria. Estoy segura de que de más joven me hubiera flipado, pues plantea debates muy interesantes acerca del aborto, la responsabilidad de los padres y la identidad, pero los trata superficialmente, sin reflexionar a fondo sobre ello. El mundo es coherente, pero le falta profundidad, al igual que a los personajes, que no resultan nada memorables, pero son realista. La trama tiene mucha acción y resulta muy entretenida. Leeré el siguiente porque lo tengo en casa en papel, pero después dudo que siga con el resto.
Cosas que he aprendido:
- Los trasplantes de órganos son importantes, pero ¿qué precio estamos dispuestos a pagar por ellos?
Y ya para terminar, mi avance en Goodreads:














PUNTUACIÓN...3/5!



Primeras Líneas...
