Texto 49: Takeshi Kitano reflexiona sobre la virtud de los actores desconodidos.

En este texto Takeshi Kitano reflexiona sobre los actores y la dimensión que estos cobran en una película gracias a su fama. No es lo mismo ver una película donde la pléyade de rostros resulten familiares, que una película donde todos los rostros son desconocidos. Hay una diferencia clara entre el cine de bajo presupuesto, el cine independiente y el cine que funciona bajo el amparo de las grandes productoras americanas. Éstas últimas se valen del llamado star-system. Las estrellas del momento garantizan el éxito de taquilla. El guión, la dirección y lo demás pasa un segundo plano. Julia Roberts, Bratt Pit, Angelina Jolie y Natalie Portman representan unos beneficios mínimos para cualquier película por basura que ésta sea. Pero los actores son las perlas con las que un director trabaja. Cuando uno ve a una estrella también ve su trayectoria, sus actuaciones anteriores, su vida personal, su prensa rosa. Y esto es algo que tendría que quedar oculto a la mirada de los espectadores. Un personaje desconocido debe fundarse con la interpretación de un actor desconocido. Takeshi Kitano y Mel Gibson, son sabedores de que la verdad de una historia pasa por las manos y los labios de unos actores desconocidos para el gran público. El texto que se comenta es el siguiente:

Nunca trabajo con actores famosos, porque me parece casi peligroso para el tipo de películas que hago. Un actor famoso suele llevar consigo una imagen tan fuerte que es probable que desequilibre la película y, en consecuencia, la dificulte, en lugar de facilitarla. Además, cuando escojo a los actores, evito elegir a gente especializada en un determinado tipo de papeles, porque es probable que hayan desarrollado tics en las interpretaciones, que resulta imposible de corregir. Así que, por ejemplo, para interpretar a gángsters, nunca escojo a actores que ya hayan hecho de gángster en otras películas. 

Takeshi Kitano

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS