Si soy sincero debo decir que ninguno de nosotros se siente influido por Buñuel, en el sentido de poder prolongar su cine. Ahora bien, no hay duda de que abrió puertas. Pero no ha habido, no hay, nadie que lo siga. Se habla de Pedro Almodóvar, pero no encuentro ni un solo aspecto que tenga que ver con Buñuel. Y lo mismo puede decirse de otros tantos. Creo que sería imposible prolongar el cine de Buñuel. Con él se terminó Buñuel. Luis Buñuel era simplemente Luis Buñuel.
Carlos SauraEste texto pertenece a un entrevista realizada al cineasta Carlos Saura, en relación con la figura de Luis Buñuel y a propósito del cumplimiento de los 100 años desde su nacimiento. La entrevista se publicó en el año 2.000 en la web del Centro Virtual Cervantes.
No acierto a ver con mucha claridad las razones por las cuales el cine de Luis Buñuel en España es prácticamente nula. Y no sólo porque estamos hablando del cineasta más importante de la Historia del Cine Español y uno de los más destacados del panorama mundial de su tiempo. Una muestra evidente de su talla internacional, es el reconocimiento de sus propios compañeros de profesión, figuras como Federico Fellini, Andrei Tarkovski, Woody Allen, o, sin ir más lejos, el propio Carlos Saura, coinciden en tenerlo como uno de esos grandes nombres del cine mundial. En primerísima línea, a la altura de Bergman, Fellini, o Kurosawa. Por eso no deja de ser paradójico, -y una pena muy grande-, que en España, la obra de Buñuel no sea demasiado conocida. Sigo sin entender cómo es posible eso de que la gente conozca todos los entresijos de la saga Crepúsculo, Sexo en Nueva York o las ominosas secuelas de Scary Movie, y no haya oído ni una sola palabra del trailer de El ángel exterminador, Ensayo de un Crimen, Él, Viridiana o de tantas otras obras emblemáticas de la filmografía de Luis Buñuel. La casquería, por muy fina que sea, nunca podrá competir con el Caviar de los lagos del este de Europa. La promoción publicitaria, a fuerza de insistir en un producto, produce la inversión de los valores, y así, sucede que mientras pagamos 10 euros por ver los despojos y los escombros de los incompetentes de la gran pantalla, relegamos las obras maestras de nuestros clásicos al más absurdo de los olvidos. No me extraña que la influencia de Buñuel no sea efectiva. Raro sería lo contrario. Pero también porque su personalidad cinematográfica es poderosísima, y porque la sensualidad y el tacto que pone en escena desborda la pantalla, -muy delicadamente-, por las hermosas laderas de las pulsiones libidinosas del subconciente. No es posible imitar el corte de Luis Buñuel, ni la poesía de Federico García Lorca, ni la ambición desmedida de Eugenio Salvador Dalí. Es una guerra perdida de antemano.
ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS