Clint Eastwood ha hecho dos películas sobre Iwo Jima que duran más de cuatro horas en total y en las que no sale un solo actor negro. Si vosotros los reporteros tuviéseis huevos, le preguntarías por qué es así.
Spike Lee
En el año 2.006 Clint Eastwood dirigió "Bandera de nuestros padres" y la excelente "Cartas desde Iwo Jima". Las dos películas giran entorno a la batalla librada por el ejército de los Estados Unidos en 1.945 en la isla de Iwo Jima. Dos años después Spike Lee el director estadounidense de raza negra Spike Lee dirige "El milagro de Sana Ana", una película que narra las vicisitudes de cuatro soldados negros estadounidenses que se ven atrapados en una villa Toscana durante los despliegues de la Segunda Guerra Mundial. Durante la edición de 2.008 del Festival cinematográfico de Cannes, Spike Lee dijo las palabras transcritas más arriba a propósito de las entrevistas promocionales relativas a "El Milagro de Santa Ana". Spike Lee atenta contra el honor de Clint Eastwood, le acusa, yo creo que con parte de razón, de exhibir ideología xenófoba en sus películas. Que no haya un sólo negro entre el elenco de actores que interpretan a los soldados americanos en las películas de Clint Eastwood es cuando menos una crasa injusticia, y una deformación torticera de la realidad. Preguntado sobre el asunto, el bueno de Clint Eastwood aduce que en aquellas batallas no había soldados negros y que por tanto la elección del elenco de los actores para esos papeles, lejos de atentar contra la dignidad racial, no pretendía otra cosa que hacer justicia con la más pura verdad de los hechos. Claro que lo que parece que Clint Eastwood ha perdido de vista es el hecho incontestable de que él no estuvo allí, ni intervino en la Segunda Guerra Mundial (tenía 15 años), ni mucho menos anduvo por la tan discutida isla japonesa Iwo Jima para comprobarlo. Tampoco hay que digamos un estudio sociológico sobre la materia. Y por lo tanto lo más que podemos alumbrar son unas cuantas suposiciones más o menos verdaderas de lo que allí pasó. En cualquier caso lo que está claro es que los soldados negros ya andaban por ahí peleando por la bandera durante la guerra de la Secesión de los Estados Unidos, ese conflicto que enfrentó desde 1.861 y durante cuatro largos años a los estados del norte (La Unión) contra los estados del sur (Los confederados). El regimiento 54 del ejército de aquella antigua Unión era una unidad, -la primera de entonces-, de soldados de color, un ejército de voluntarios del estado de Massachussets comandado por el insigne coronel Robert Gould Shaw. Por eso parece cuando menos extraño que en 1.945, 84 años después no haya ni un solo soldado negro entre las filas de los que conquistaron esa menuda y significativa isla de Iwo Jima. Clint Eastwood ofende. Y Spike Lee no se lo perdona.
ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS