
Hace ahora siete años tuve el placer de conocer personalmente a Marcelo Pakman en Santiago de Compostela (junto con otros profesionales y gente maravillosa), quiero recordar a Cristina Pontes con la cual me reencontraría en Oporto y con la que coincidido también en este libro. Sin más mi agradecimiento a Marcelo por unirnos nuevamente -esta vez para la eternidad-.
