Sin que sirva de precedente, he hecho caso al Seriéfago y me he zampado lo que va de temporada de la nueva serie de ficción del canal teeneger CW. La última experiencia no fue buena ('The Tomorrow People') y ya sé que de esta cadena no podemos esperar demasiado, pero he cogido esta con ganas y me ha sorprendido gratamente (para ser lo que es, claro). La serie ha sido renovada para una segunda temporada.
The 100
2014-
Desastre nuclear. La Tierra se va al carajo y los supervivientes se van al espacio huyendo de la radiactividad, pero no muy lejos: se quedan dando vueltas alrededor del planeta en una nave que se convierte en su casa. El objetivo es aguantar durante lo que haga falta mientras el planeta se recupera y luego volver a empezar de nuevo con los que queden vivos. El problema, y este es el arranque de 'The 100', es que se están quedando sin oxígeno. El plan no está saliendo como querían. Sobra gente, así es que mandan a cien niñatos problemáticos a la Tierra: se quitan cien pares de pulmones que consumen aire y de paso prueban a ver si el planeta es habitable.
'The 100' es ciencia ficción adolescente pero quienes la están sacando adelante están procurando contentar a todos. En la Tierra, los protagonistas son el centenar de chavales (número que va mermando capitulo a capítulo). En la nave, los adultos, los líderes de lo que queda de la humanidad, tienen sus propios problemas. La serie presta atención a ambos escenarios, aunque suponemos que acabarán por unirse en tierra firme. Quizá sea esto lo que la hace menos teeneger de lo habitual, aunque no nos libramos de la parte culebrón romántico, que es al parecer inevitable. Hay muchas hormonas concentradas en la selva que ahora domina el planeta. Cien chicos y chicas juntos, rodeados de naturaleza, bajo presión, ya que al parecer no están solos en la Tierra, un lugar casi imaginario para ellos, ya que todos ellos han nacido en el espacio.
La acción es casi constante, y el misterio de Los Otros (ejem) mantiene la tensión. A ratos parece Supervivientes, a ratos Battle Royale/Los Juegos del Hambre, a ratos Romeo y Julieta versión selvática. Y la muerte siempre está presente. Atrás quedaron las series en la matar a un personaje era un tema delicado, que se pensaba y repensaba. Desde que llegó 'Juego de Tronos' la vida de los personajes no vale un pimiento. En 'The 100' no hay capítulo en el que no la casque alguien, así es que como no se multipliquen pronto, a la humanidad le queda bien poco. Claro que hay que contar también con los grounders (los terrícolas).
La serie está basada en la novela del mismo nombre de Kass Morgan. Las caras más conocidas están entre los personajes adultos. Abby, madre de una de las enviadas a la Tierra, es Paige Turco ('Damages', 'The Agency'); Kane es el Desmond de 'Lost', Henry Ian Cusick, y al presidente de lo que queda de humanidad, el canciller Jaha, lo interpreta Isaiah Washington, conocido por 'Anatomía de Grey'. En el lado adolescente, todo gira en torno a los cabecillas. El resto son personajes sin nombre. Así será más fácil cargárselos. Al frente de los deportados/colonos están Clarke y Bellamy. Los actores que los interpretan son ambos australianos, Eliza Taylor y Bob Morley, y trabajaron juntos en 'Neighbours'. Por supuesto, todos en la serie son de portada de revista. Los feos no sobrevivieron al cataclismo nuclear. El coro de personajes es grande: Finn, Raven, Murphy, Monty, Octavia, Jasper, y todos tienen cierto protagonismo. Y todos se quieren liar con todos, o matarse.
Algunas curiosidades (pueden ser spoilers, más o menos). Como en toda serie futurista, hay lugar, y debe haberlo, para las pequeñas diferencias. Son esos detalles que los guionistas se tienen que currar para que creamos en lo que nos están contando. Si cientos de personas se han pasado casi cien años viviendo en una nave, algunas cosas ya no serán como eran en la Tierra. La justicia es muy dura. No se pueden permitir delitos en un sitio tan pequeño. En la nave, el Arca, la pena de muerte es el castigo para los crímenes más graves, y al parecer muchos son considerados así. La silla eléctrica o la inyección letal ya no están de moda. Retoman la práctica pirata de lanzarte al mar, solo que aquí te vas al espacio (y mueres). Es por esto que en el lenguaje hay algún cambio: el "go fuck yourself" ahora es "go flow yourself". Recuerda al "fracking" de 'Battlestar Galactica', de la que además toma un par de actores. También, por problemas de espacio, funciona la política del hijo único. Si tienes un segundo hijo, chungo.
En fin, una serie ligera, con acción, con cierto interés para los fans del subgénero postapocalíptico culebrónico, que sabemos que tendrá cierta continuidad con una segunda temporada, y que nos asegura que si un personaje la palma no va a tener una segunda oportunidad (eso va por 'The Vampire Diaries', que son unos pesados).