
Estos dos disidentes del grupo Hot Chip nos regalan un álbum de techno-house de caerse de culo. Aunque en un primer momento, tanto por el nombre del grupo como por su constitución anatómica ( ositos ) pudieran dar a entender que son un grupo gay, la cosa no es así aunque reconocen que homenajean a los garitos gays de los cuales salió la música house.
Pero lo verdaderamente importante es su música: vitalista, festiva, energética, sin desfases ni demasiado bombo. Mucho más divertida que su aburrido grupo de origen.
El álbum es muy equilibrado y mantiene los buenos temas a lo largo del minutaje ( nada de poner los temas más flojos al final del disco). Ritmos seductores y una voz cálida que maldice que esta pareja no sea gay.
El clásico disco que te lo bajas y acabas comprándotelo.
Atención al toque kitsch de los videos !
Gruuuuuum
