Doug Beswick fue toda una institución en lo que al mundo de efectos especiales se refiere. Además de participar en multitud de cometidos en las aventuras siderales de George Lucas, también se ocupó de los efectos fotograma a fotograma de un corto titulado Dinosaurs, the Terrible Lizards (Wah Chang, 1970). Pero no fue su única incursión en el mundo de las bestias del pasado. Beswick continuó su labor de stop-motion animando diferentes animales prehistóricos en The Age of Mammals (Mark D. Wolf, 1980), un corto realizado con fines didácticos para escuelas y similares. De hecho, el proyecto fue iniciado como una suerte de secuela de aquel primer segmento de 1970, y su guión fue escrito por Gail Morgan Hickman y Jim Aupperle en 1974. Se realizaron unas primeras tomas por entonces, donde incluso fueron asistidos por otra leyenda del cine prehistórico como fue Stephen Czerkas. Por desgracia, el proyecto quedó en suspenso ya que sus artífices tuvieron que ocuparse de otros trabajos, hasta que en 1978 Doug Beswick y el director Mark Wolf retomaron el proyecto. Asistidos por Gretchen Sibley, del Los Angeles County Museum of Natural History, se preocuparon por dotar a sus criaturas de la morfología más fidedigna hasta la fecha.
En el inicio de esta narración se veía a un gran Brontosaurus pastando en un lago —esa imagen propia de principios de siglo de los dinosaurios pesados— y a un Allosaurus devorando un cadáver. Después, el corto iba mostrando a los auténticos protagonistas del segmento, todos animados por stop-motion: diferentes mamíferos prehistóricos como Deltatheridium, un Eohippus aquí es devorado por el ave Diatryma, Baluchitherium, Platybelodon, Glyptodon, Megatherium, luego asediado por un Smilodon que acapara las secuencias más elaboradas del largometraje, para finalmente mostrar un mamut y neandertales. Como vemos, el cortometraje supone toda una rareza en lo que se refiere a la recreación de mamíferos prehistóricos en pantalla, no muy habituales con las salvedades de largometrajes como Viaje a la prehistoria (Cesto do praveku, 1955) o los filmes de Harryhausen sobre Simbad [1].
En este sentido, el artífice del proyecto Mark Wolf se esmeró a fondo a la hora no sólo para conseguir unas plasmaciones realistas de su fauna, sino también de aportar una gran cantidad de referencias visuales a los grandes iconos del cine prehistórico. En realidad, muchos de los animales aparecidos en el corto tenían un aspecto muy deudor de otras encarnaciones famosas. Por ejemplo, Eohippus es idéntico al que aparecía en El valle de Gwangi (The Valley of Gwangi, 1969), y Allosaurus es muy similar al mostrado en Hace un millón de años (One Million Years B.C., 1966). En conclusión, bien podemos decir que The Age of Mammals es una misiva de amor a ese cine animado fotograma a fotograma que tanto entusiasmó, y sigue apasionando, a todo tipo de espectadores.
----- [1] De hecho, Harryhausen visitó el escenario de la filmación de The Age of Mammals, y pudo compartir con Mark Wolf sus conocimientos y consejos sobre el stop-motion.
Collages realizados por Jim Aupperle y cedidos amablemente por Mark Wolf.
OCTAVIO LÓPEZ SANJUÁN
Puedes encontrar más cortometrajes protagonizados por bestias prehistóricas, y todo tipo de producciones abanderadas por fauna del pasado, en el libro Hace un millón de años y su secuela Cuando los dinosaurios dominaban la tierra, publicados por Diábolo Ediciones.