Me he decantado por uno de sus discos más exitosos, el “Ammonia Avenue” de 1984. El motivo básico de la elección reside en que dentro del mismo se incluye mi canción favorita de siempre del grupo, la cual no es otra que “Don’t answer me”. Es curioso que este tema pensara durante mucho tiempo que pertenecía a Chicago, quizás por su carácter tan endulzado, aunque es justo apuntar que este gran tema no alcanza los límites tan azucarados y pastelosos de los Chicago; no en vano, este tema lo escuchaba mucho en la radio, pero nunca oí al locutor de turno indicar que pertenecía a The Alan Parsons Project, con lo que una vez me compré un disco de Chicago pensando que dentro del mismo estaría esta canción; un disco que creo que no he vuelto a escuchar. Lo más gracioso es que el tema lo tenía ya en mi fondo de armario porque un ex amigo me había pasado en mp3 la discografía completa de Alan Parsons, pero todavía no había procedido a escucharla. ¡Qué cosas!
Este “Ammonia Avenue” tuvo el papelazo de tener que tomar el relevo al exitoso “Eye In The Sky” de 1982, el cual pasó a la historia de la música por ese tema que le da título tan realmente maravilloso. Para este disco que hoy les proponemos, al frente del proyecto seguían tanto Alan Parsons como teclista y arreglista y compositor y Eric Woolfson como cantante de la mayoría de las canciones y compositor junto a Parsons de todos los temas. El caso es que “Ammonia Avenue” cumplió de sobra con el expediente, ofreciendo un conjunto variado pero compacto a la vez de 9 canciones realmente interesantes. Veamos lo que nos aporta en cada una de sus pistas musicales.
Uno de los temas más recordados, y single de hecho de la obra, es “Prime time”. Un comienzo firme, ya visto definitivamente en su letra que dice “va a ser mi turno esta noche”, que en su melodía busca tener una fuerza rock que sin embargo no termina de romper y cuya mayor intensidad se alcanza en el estribillo. Woolfson se anotó la interpretación vocal del tema, cosa que no sucederá en la siguiente “Let me go home” en la que sí que se da una vuelta rockera e incluso con ciertos tintes glam, y que en consecuencia interpretaría al micrófono Lenny Zakatek, que se hará igualmente acreedor de la voz de otro de los temas potentes de la obra. Más llevadera, sinuosa y sensual resulta “One good reason” con Eric Woolfson nuevamente invitándonos a escuchar su suave registro vocal, pidiendo esa “buena razón” de forma insistente. El tema más pastelero, o mejor dicho romántico, es “Since the last goodbye”. Una pista de emotividad desbordada, correctamente llevada en las voces por otro vocalista para la ocasión, en este caso Chris Rainbow. Esta delicada balada se verá completamente eclipsada sin posibilidad alguna de discusión por el ya mencionado gran tema de la obra. “Don’t answer me” se presenta mediada la obra magnifica, radiante, luminosa y llena de un buen rollo pocas veces conseguido de forma tan elegante en una composición pop. Woolfson nos invita a “creer en el poder de la magia”, con guiños aflamencados con ciertos toques de castañuelas en los sonidos, en un tema coreable, con un estribillo fabuloso, pegadizo y de fácil recuerdo. Huelga decir que fue mi gran momento aquella vez que pude ver a Alan Parsons en directo y de forma gratuita en las fiestas de San Isidro de Madrid en la Plaza Mayor de la capital el 14 de mayo de 2004 (quizás el último concierto gratuito de artistas internacionales que el consistorio madrileño organizó para sus fiestas; un evento aquel que tuvo como invitada o artista anexa de excepción a Bonnie Tyler). Por cierto, que este concierto ha sido felizmente editado en dvd por si a alguien le interesa el asunto.
Cualquier cosa nos va a parecer poco después de este momento, además para sumar al hecho en sí “Dancing on a highwire” tampoco se esfuerza en combatir en protagonismo con “Don’t answer me”, confirmándose como un medio tiempo de transición que nos dará paso a continuación a otro golpetazo de adrenalina rockera, nuevamente interpretada por Lenny Zakatek a las voces, que no es otra que la grandiosa “You don’t believe”, la cual fue single extraído de la obra. Una buena canción cañera y potente para seguir ofreciendo variedad sonora a la obra. Ahora llega el turno de un tema instrumental nocturno, elegante y muy acertado como es “Pipeline”, del que sobre todo destaco sus melodías embriagadoras de saxofón que incluye a partir de la mitad del tema. El cierre es magnánimo y corre a cargo del tema que da título a la obra. “Ammonia avenue” es un tema extenso, el más largo de la obra, que termina con una ampulosidad y bombo increíble, que a la par destila una desolación y calmada melancolía aplastante. La canción va en un in-crescendo de intensidad casi imperceptible, en el que Eric Woolfson apuntala un poco más su leyenda como el gran vocalista principal de Alan Parsons que fue. No puedo imaginarme un tema mejor para finalizar este gran disco.
Estamos con “Ammonia Avenue” ante uno de los lps más exitosos en el plano comercial de The Alan Parsons Project. Quizás no sea el más valorado a nivel de crítica especializada, pero es estúpido negarle la importancia que tiene dentro de la discografía del proyecto. Gran parte de la carga del éxito reside en el papel de “Don’t answer me” como single, pero pensar que el disco no va más allá de ser el lp que contiene ese tema o “Prime time” es un craso error.
“Ammonia Avenue” es un disco perfectamente estructurado, con un orden del track list de temas intachable. Casi haciendo un juego de palabras de sonido con el primer vocablo del título “Ammonia Avenue” es armónico a más no poder. Ofrece un conjunto de nueve canciones muy variado, con temas muy rockeros, momentos muy emotivos, medios tiempos que para nada resultan anodinos y un tema instrumental de etiqueta negra en lo que a la elegancia de sus formas se refiere. Esa portada industrial con esa laberíntica estructura de tubos de aluminio es el único apunte artificial de la obra, puesto que vuelvo a poner de manifiesto que Alan Parsons al frente de su proyecto y en estrecha e impagable colaboración mano a mano con Eric Woolfson siempre destiló ese carácter artesano a la hora de dar forma a sus obras. No en vano no podemos dejar de lado que Alan Parsons fue ingeniero de sonido de The Beatles; ahí es nada.
Creo que este disco es válido para todos los públicos. Es de las obras más accesibles del proyecto, ya que quizás otras de finales de los 70 como “I Robot” o “Pyramid” se les pueden atragantar más. Todavía habría tiempo para que The Alan Parsons Project editara discos interesantes en la 2ª mitad de los 80 como “Vulture Culture” y personalmente sobre todo “Stereotomy” antes de que Eric Woolfson abandonara la nave. Seguro que “Don’t answer me” la conocen y probablemente les guste. Afirmo que este disco para nada les chirriará a los oídos a quien no lo conozca o incluso no haya accedido a The Alan Parsons Project y seguro que todos los que ya saben del disco de esta semana les gustará volver a escucharlo y quitarle el polvo acumulado. ¿Me equivoco?
Les hago una mención a nuestra sección radiofónica para terminar por hoy. Primero de todo, les insto a que no se pierdan esta tarde el programa especial que haremos en la sintonía de &radio sobre Supertramp y su “Crime Of The Century”. No obstante, el estreno radiofónico de la semana (recuerden que el estreno musical de la semana son los miércoles a las 21.00h en &radio y a las 23.00h en RUAH y que el resto de días en los que se emite en &radio suenan repeticiones de programas anteriores) será sobre The Lightning Seeds y su debut “Cloudcuckooland”. Finalmente, creo que no se lo comenté, pero lo pueden ver en el banner en la parte superior de la página: en &radio nuestro programa se emite ahora de lunes a jueves a las 21.00h, habiéndose dejado de emitir el viernes. Pues nada más, a ver si esta tarde pueden acompañarnos en las ondas a partir de las 16.00h en &radio en la inestimable compañía de nuestro equipo de colaboradores y una música inmejorable de la mano de Supertramp y su 3er. disco de estudio.