Debo admitir que, si a lo largo de la franquicia arácnida solo 'Spider-Man 3' me desagrada, es porque no le pido demasiado a las películas del Trepamuros. Pero lo que pido es lo más importante: Que Peter Parker me guste. Que sea capaz de conectar con él con la misma intensidad que en las viñetas. Los cómics clásicos de Stan Lee, 'Ultimate Spider-Man', la serie animada de los 90 o la posterior 'El Espectacular Spider-Man'... Diferentes etapas y aproximaciones, pero Peter siempre estaba ahí. A diferencia de Batman, el Spidey de los 60, el de los 80, el de la etapa contemporánea o el de la citada versión Ultimate es el mismo personaje. Evoluciona, pasa por diferentes fases... Pero es UN único personaje. Uno bastante difícil de adaptar. Debe ser gracioso, irónico y hacer chistes malos a costa de sus enemigos, pero sin pasarse de listo. Debe ser un perdedor con facilidad para el ridículo, pero sin dejar de ser un tío guay que querríamos de amigo, sin convertirse en un pringado, vaya. Debe ser un científico, y como tal, hacer experimentos que le ayuden en su identidad heróica. Debe ser un buenazo optimista, pero también sufrir como cualquiera lo haríamos. Y sobretodo, debe de ponerse en pie y afrontar una nueva batalla en situaciones en las que otros no podríamos salir de la cama, o directamente nos volveríamos locos. ¿Como le ha ido hasta ahora en el cine?Bueno, en sus dos primeras películas, Raimi no lo hizo nada mal, a parte de cagarla eligiendo a Tobey Maguire, un actor que hace parecer tonto al personaje (solo parecer) y sin la fortaleza que el héroe requiere. Con el reboot, llegó Andrew Garfield y lo clavó, a pesar de que el personaje tenía un toque de niñato listillo que era preferible corregir. Pero ¡eh! Es que en 'The Amazing Spider-Man' ERA un niñato. Reunía todas las claves para darnos al Peter perfecto (y realmente en dicha peli era un Peter adolescente perfecto), solo le faltaba madurar un poco. Dicho y hecho. Peter es ya un veinteañero, un universitario, y se convierte al 100% en el Peter que he descrito antes. En nuestro amistoso vecino Spider-Man, ahora más que nunca. Empatizo tanto con mi héroe, y la peli capta tan bien las sensaciones que transmite seguir las aventuras de Spidey en los cómics, que no me es difícil perdonar los fallos del film, que los hay.
El principal, creo yo, es el asunto de los padres de Peter. Ya lastró la primera mitad del anterior film, y aquí sigue siendo una trama que me estorba porque, francamente, me importa un carajo. Así, el nudo del film, segmento en el que más presencia tiene esta línea narrativa, pierde el interés que la cinta había mantenido en el primer tercio (o incluso en la primera mitad entera) y que recuperará, multiplicado por 100, en el espectacular, intenso y tremendamente emocionante clímax, en el que profundizaré más adelante.Pero que no me preocupe en absoluto que les sucedió a los padres de Peter no impide que aprecie lo bien relacionado que está el tema, en su resolución, con los secretos de Oscorp y con la creación de villanos pasados, presentes, y futuros. El problema es que también está ligado al origen de Spider-Man, perdiéndose definitivamente ese matiz azaroso en la obtención de poderes que tanto me gusta. Pero con esto estoy siendo simplemente un fan tiquismiquis.
Los inconvenientes puramente cinematográficos son los habituales en la saga: Ciertas bobadas en el guion, alguna línea de diálogo que le hace a uno poner los ojos en blanco, exceso de azúcar en la parte romántica, y en este caso, una molesta insistencia por parte de Webb de querer dejar su sello indie en un par de escenas. Pero en general, diría que estos problemas habituales son menos graves que en su predecesora o en la trilogía de Raimi (y a pesar de esto, es probable que 'Spider-Man 2' siga siendo la película más redonda). O eso, o es simplemente que la pareja protagonista me importa tanto que no me fijo tanto en esos fallos.
De Peter poco más puedo decir, pero Gwen se confirma como la mejor "chica del héroe" que ha dado el género. Encantadora, adorable, intrépida y tan inteligente que, llegado el punto, resulta ser una especie de sidekick para Spidey. ¿La relación entre ambos? Pues cursi, sí, a veces demasiado, como en los cómics, pero creíble y sólida a más no poder, y mucho más interesante que en la anterior entrega, pues esta vez sí hay conflicto y altibajos lógicos, sí tenemos ese "que si sí que si no" que tanto engancha. Y gran culpa de ese enganche lo tienen, de nuevo, Andrew Garfield y Emma Stone. A él, por cierto, le concedo el honor de unirse a Christopher Reeve, Hugh Jackman o Robert Downey Jr. Esos actores que de verdad consiguen que vea al personaje de las viñetas cuando les veo en la pantalla. En el caso de Garfield, creo que es digno de mención que hasta cuando lleva la máscara, la cual, por fin, no se quita gratuitamente, me parece poder verle la cara.
Antes de hablar de los villanos, me gustaría mencionar a la entrañable Tía May encarnada por Sally Field. Creo que por fin se ha captado al personaje original, siempre ajeno a las aventuras de Spider-Man. Tía May no esta ahí para dar sermones que siempre se aplican al problema que tenga Peter en su identidad heróica. No, está ahí como símbolo de inocencia para Peter, el único personaje que le recuerda tiempos más sencillos y felices en los que solo era un crío sin poderes. Y es la primera vez en el cine en la que veo un atisbo de eso.
Ahora sí: Villanos. Conviene aclarar, antes que nada, que no se repite el error de 'Spider-Man 3' en este aspecto. Sí, hay varios villanos, pero los principales, Electro y el Duende Verde, se dan margen el uno al otro y están bien relacionados, tanto entre sí como con la trama de fondo, los misterios en torno a Oscorp. De Rino poco hay que decir, pues es más bien un cameo que sirve como adelanto de lo que está por venir.Electro es un malo muy comiquero, un chiflado con delirios de grandeza y motivaciones que solo tienen sentido en su azulada cabecita. Lo cierto es que de vez en cuando se agradece un villano unidimensional y old school, que está ahí para ser derrotado por el héroe (¡y su novia!), dar espectáculo del bueno, y poco más. Pero tranquilos, a pesar de lo que oigáis por ahí, no es una caricatura comparable a los malos que Joel Schumacher dio vida para su Batman.La sorpresa viene con el Duende Verde. Todos nos escandalizamos al saber que este sería Harry Osborn y no su padre Norman. Después supusimos que Harry sería un pelele manejado por Norman y que tarde o temprano este sería el Duende Verde "de verdad". Sin embargo nos encontramos con un personaje que reconocemos como Harry al principio, pero que a través de una motivación simple, directa y tan contundente que no requiere muchas explicaciones, vemos su caída en desgracia y su transformación, no solo en el Duende Verde, si no también en el cabrón frío y calculador que asociamos a Norman. Así, y hasta nuevo aviso, el Harry clavado por el inquietante Dane DeHaan es el Duende Verde, con todas las de la ley. Spidey se gana su primer archienemigo, y estoy ansioso por ver su próximo encuentro.
Vale, se transforma físicamente en un duende/orco/bicho asqueroso, pero... ¿no podía ser VERDE?
Dije que iba a profundizar en el clímax, y a ello voy, así que, a pesar de que he puesto que hay un nivel muy alto de spoilers al principio, debo insistir en que, hasta que no veas la señal verde no sigas leyendo si no has visto la peli, pues voy a soltar spoilers MUY gordos.Lo cierto es que esta parte me recuerda a 'Los Vengadores' en el siguiente aspecto: antes de que empiece la traca final, la peli "está bien", pero entonces... EXPLOTA. La relación entre Peter y Gwen. Las historias de Harry y Electro y como se han entrelazado con la del protagonista. Todas las piezas encajan, y la peli, e incluso la anterior cinta, cobran un nuevo sentido.Primero llega Electro con su plan que pone en peligro la ciudad, y asistimos a un espectáculo divertido, frenético, intenso y emocionante. Lo cual ya sería bastante. Parece que todo ha acabado. Pero llega el Duende Verde, y tiene un único propósito. Sabemos cuál es. Y aún así, me intenté convencer de que los de Sony no se iban a atrever a renunciar a su estrella femenina por el simple hecho de ser fieles a los cómics, y menos en una saga enfocada a niños y adolescentes. Sí, lo más probable era que las pistas de los trailers se quedasen en un guiño. Pero cuando Harry se la lleva en volandas, me pongo histérico. Porque, maldita sea, me importa Gwen. Y el grito de pavor de Peter deja claro que hay un peligro real. El segmento final cambia por completo de tono y es una auténtica angustia. Mientras Spider-Man y su enemigo luchan en la torre del reloj, nos dan pequeños anticipos en los que Peter CASI no consigue coger a Gwen. Hasta que, finalmente, no es lo bastante rápido.Vivimos entonces una escena idéntica a la del nº 121 de la serie comiquera original que funciona igual de bien. Y ahí tenemos a Peter, pidiéndole a Gwen que se despierte. Y en este punto, soy bipolar. Por un lado estoy pidiendo con desesperación lo mismo que él. Pero por otro, rezo porque Sony le eche huevos. Y así es.Amigos, Gwen Stacy ha muerto. Y Marc Webb me ha hecho sentir lo que debieron sentir los lectores en 1973. Me quito el sombrero, porque el resultado es uno de los mejores clímax del género y ha superado con éxito la misión más difícil a la que se tendría que enfrentar el director del reboot.
Y el epílogo es fantástico. En unos pocos planos, el tiempo pasa, y Peter no se ha despegado de la tumba de Gwen. Ha dejado de ser Spider-Man, lógicamente. Pero el retorno del enmascarado, tras 5 meses de luto, es inevitable. Peter es el héroe, como decía al principio, que se pone en pie y sigue luchando a pesar de TODO. Y no se ha podido reflejar mejor. En 10 minutos, el mensaje de 'Spider-Man 2' queda resumido a la perfección, solo que aquí lo que sentimos no es "¡bien! ¡Spidey ha vuelto!" si no "joder Peter, ¡eres capaz de volver! ¡Con dos cojones!". Y ya está. Esa es la esencia del personaje. Eso es lo que hace de Spider-Man un héroe luminoso, a pesar de se el que más sufre.
Poco más puedo decir. La música es discreta, salvo por un breve y sencillo tema para el héroe que le queda perfecto. Visualmente es, desde luego, la mejor de la franquicia hasta la fecha. Y también conviene señalar que me parece la más entretenida, teniendo en cuenta sus casi 2 horas y media de duración.
Tiene defectos, sin duda (aunque nada realmente concreto, pues depende mucho de cada uno), y estos pueden echar para atrás a muchos. Como decía antes, quizá la segunda entrega de Raimi, como obra cinematográfica, siga siendo la mejor. Pero tengo muy claro que esta es la mejor adaptación, y que ella solita ha conseguido convertir a la versión de Webb en la mejor saga, por esa conexión con el protagonista que ninguna franquicia en actual desarrollo tiene, y por trasladar al cine la sensación de "serie comiquera" como solo el universo de Marvel Studios había logrado hasta ahora. De hecho, la peli no tiene una trama principal con principio y final, es básicamente Peter lidiando con problemones. Eso es lo que queremos del personaje. Y no sé vosotros, pero yo necesito ver como sigue la vida de Peter, necesito seguir viéndole enfrentándose a dilemas, con la misma urgencia que lo necesito en los cómics, o sea, mucha.
Espero no andar corrigiéndome en unos meses, como es habitual en mi (¡si hoy por hoy prefiero 'Spider-Man' a 'The Amazing Spider-Man'!), pero de momento, digo que con esta secuela, Peter Parker, y el espíritu de los cómics, han cobrado vida.
NOTA: 8'5/10