Revista Libros

'The arrows of time', de Greg Egan

Publicado el 19 enero 2014 por Severian
The arrows of time. Greg Egan. 2013
The arrows of time es una novela de ciencia ficción dura del autor australiano Greg Egan. Esta obra cierra la trilogía Orthogonal, y es precedida por The clockwork Rocket y The eternal flame. Estas novelas no han sido traducidas al español.
Nota: Es probable que tenga que comentar algunos eventos de las novelas anteriores, por lo que echaría a perder tu lectura con spoilers, si te molesta no continúes leyendo.
La novela inicia con los tripulantes de la nave Peerless iniciando el proceso de regreso a su planeta, después de que seis generaciones de científicos adelantarán sus conocimientos a niveles inimaginables, el problema es que existen grupos dentro de la nave que temen el retorno a altas velocidades, pues el espacio estará saturado de materia ortogonal a alta velocidad. Esto provoca fricciones dentro de la nave.
Por si fuera poco, descubren que apuntando un sistema de telescopios hacia una estrella ortogonal pueden observar eventos que tienen sus flechas del tiempo invertidas, es decir, pueden observar eventos futuros y eventualmente mandarse mensajes a si mismos hacia el pasado, estos provoca aun más conflictos entre los tripulantes a favor y en contra de este sistema de mensajes.
Aun conociendo el futuro, el destino de los tripulantes es incierto.
'The arrows of time', de Greg Egan
Competente final de la trilogía Orthogonal, tiene algunos eventos fuera de serie, como un planeta al cual envían un equipo de exploración, lo interesante de ese lugar es que tiene su flecha del tiempo revertida en comparación con la tripulación, por lo que las reglas de la causalidad están invertidas, lo cual es bastante perturbador.
La prosa de Egan es bastante clara y un poco didáctica, aunque algo seca, todo el involucramiento emocional debe proceder por parte del lector. Esta novela tiene mucho menos gráficas y explicaciones científicas que los anteriores, lo cual se agradece.
La ciencia ficción de Greg Egan es dura como un diamante, e igual de impenetrable, me temo. Aunque vale la pena el esfuerzo.

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