Revista Política
Ayer pude ver con dos amigos la nueva versión cinematográfica del héroe enmascarado de Gotham, dirigida por Matt Reeves. En mi opinión es una muy buena película. La fuerza del film, que es tremenda, se alimenta de sus tres grandes bondades, sin descartar otras que también tiene, como su banda sonora. Pero los tres pilares en que se sustenta, en mi opinión, son:
LAS INTERPRETACIONES. Cada actor que aparece en la película aparece, valga la redundancia, totalmente comprometido a realizar una actuación memorable e impactante. Desde el actor principal, Robert Pattinson, quien fuera discutido como Batman cuando se anunció su elección para el papel, que hace un Bruce Wayne joven pero intenso, en su segundo año como Batman, atormentado pero muy comprometido ya en su lucha contra el crimen. Un Batman más detective que ninguna otra encarnación anterior del personaje, un Batman lleno de sombras que paradójicamente lucha por la luz. Hasta Andy Serkis, que hace un Alfred entrañable; Zoe Kravitz, una Catwoman fuerte y sensual; Colin Farrell, un Pingüino que tal vez es el personaje más flojo pero al que Farrell logra dar interés; Jeffrey Wright, un inspector Gordon comprometido con Batman para limpiar un poco la podredumbre de Gotham; y sobre todo Paul Dano, que logra una actuación que yo creo totalmente memorable e impresionante como Enigma. Dano se tira casi todo el tiempo con la cara prácticamente cubierta por entero por una máscara y aún así logra transmitir la absoluta demencia y dedicación a su causa del personaje. Y cuando le vemos sin máscara la pantalla estalla con cada gesto y cada voz de Dano. Come en la misma mesa, en cuanto a grandeza, que el Joker de Ledger o el de Joaquín Phoenix. Y hay un personaje del que no hablaré porque es el auténtico villano de la película, el que ha generado o controlado gran parte de la miseria y el crimen de Gotham en los veinte años anteriores, y es bueno que el espectador descubra por sí solo quién es y el alcance de su oscuro poder. Pero al actor que lo interpreta quisiera darle también un fortísimo aplauso.
EL GUIÓN. Un guión pensadísimo, muy trabajado para no dejar fallas o incongruencias, en el que todo encaja y se explica muy bien. Un guión que bebe mucho de las fuentes, o sea de los cómics de Batman. Un guión que busca que cada personaje tenga su peso y su historia en la película y que resalta el papel de cada uno en Gotham. Porque ésta no es tanto una historia de Batman como de Gotham, de cómo llegó a ser lo que es, un lugar plagado de corrupción y de crimen al que escasas personas intentan dar un mejor futuro.
LA FOTOGRAFÍA. El director de fotografía de esta película es Greig Fraser, quien también dirigió la iluminación de Dune. Con eso está todo dicho, yo creo. Es un excepcional profesional de la luz y del color. Su Gotham es oscura (como debe ser Gotham) pero de repente un atardecer, que recorta las figuras de Batman y Catwoman, nos quita el aliento. O hay una lucha en un pasillo oscuro sólo iluminada por los destellos de las armas de los enemigos de Batman que nos vuelve a alucinar. Él, Greig Fraser, hace un excelente trabajo en este film.
En resumen ésta es una muy buena película que gustará tanto a los aficionados a los films basados en cómics como a los de las películas de cine negro o detectivesco tipo Seven o Zodiac. Tal vez su único punto negativo sea el metraje: sus casi 3 horas de duración pueden hacérsele algo pesadas a algunas personas.