Revista Cultura y Ocio
En 1965 The Beatles editan Rubber Soul, un álbum que cambiaría ya para siempre muchas cosas de los de Liverpool. Primero y antes de todo, nos encontramos ante un grupo cambiado, no sólo en su aspecto, donde abandonan los trajes, corbatas y pelos peinados y aparecen con cazadoras en la portada con más melenas, sino también en el concepto del disco, donde se alejan de las colecciones de singles para realizar un trabajo donde hay un hilo conductor y ser una unidad artística propia.Además como el propio John dijo, empezaban a dominar el estudio, cuando antes hacían lo que se les decía, sin embargo aquí ya son más duchos con las técnicas pasando de dominados a dominadores. Apuntalaron detalles para ser más precisos en las grabaciones, controlando todo, como querían hacer. Además hablamos de una banda que en ese momento están influenciados por el primer Dylan y eso se nota en la madurez de las composiciones.En cuanto al estilo o estilos que abarca el trabajo es ya algo sublime, ya que este es para mi el primer disco de powerpop de la historia, o un disco pop con toques ye-ye's podría decirse. Hablamos de un grupo que pasa de ser juvenil a maduro.
Pero cuidado, hablamos no sólo de cambios que fueron de forma, sino también de un disco fantástico, lleno de enormes melodías, una variedad estilística apabullante y un pasmoso nivel lírico. Aquí John y Paul empiezan a diferenciarse claramente en las composiciones, pero por si fuera poco es el disco donde George empieza a enseñar las garras, y a aportar muchísimo, y es por esto que empiezan a convertirse en una banda imbatible, ya que tenía a tres compositores de un nivel superlativo, y eso comparado con otras bandas de la época sólo tenía respuesta por los Stones con el dueto Jagger/Richards, y ya el resto sólo con un líder compositivo, Ray Davies en The Kinks, Brian Wilson en los Beach Boys (que adoraría este disco), etc... A todo esto debemos añadir el efecto de la marihuana, que influía en la música del grupo donde se ponen a experimentar, además de tener aparatos de cuatro pistas (superponiendo sonidos) e introducir nuevos instrumentos como pianos, sitares o clavicordios ampliando la paleta de manera ostensible. George cambia de guitarra y empieza a usar una Fender Stratocaster y Paul le puso cuernos a su Hofner con su nuevo Rickenbacker.
Empieza la joya con Drive my car, una delicia pop con toques soul y que durante su composición tuvo variaciones ya que Paul se atascaba, y gracias a la ayuda de John y la aportación de George, se relanza para ser un single definitivo y rompedor con ese estribillo tan cantable y unos juegos de voces brutales. Norwegian wood (This bird has flown) es el caso contrario, ya que Paul es aquí el que echa el cable a John, y ese aire folk más el sitar de George le confieren un toque vanguardista en aquel momento, con su tono psicodélico. You won't see me es una exquisitez pop de Paul, donde destacan los coros de John y George y ese Uh-la-la-la (¡qué ye-ye's por dios!). Nowhere man (la canción favorita de mi querido Paco Jiménez) es pura armonía vocal, una composición de John que Paul y George empastan con sus voces de manera maravillosa, una de esas obras maestras que sólo ellos eran capaces de fabricar, una maravillosa melodía y esa letra llena de juegos de palabras. Think for yourself es una canción de Harrison que destaca por el bajo distorsionado de Paul, el "fuzz" y con buenos momentos vocales. The word es un gran tema, con esa oda al amor de aire algo psicodélico y musicalmente el piano de Macca y el marcado riff de las estrofas a las que se les añaden las perfectas armonías vocales y los cambios de ritmo alucinantes. Michelle es el baladón que acababa la primer cara del vinilo, que Paul compuso con ayuda de John y que pretendía parodiar las canciones francesas románticas de la época. La segunda cara comenzaba con What goes on, que no es la mejor del álbum, pero con sus aires countries es el momento de Ringo que se añadió a la composición y la cantó. Girl es un tema de John, con George y Paul haciendo coros es una delicia compositiva, su tit-tit-tit (teta-teta-teta) contínuo se une al sonido de respiración de John, que da ese tono romanticón, y resulta una maravilla. I'm looking through you es un ejercicio de pop-country-folk estupendo con Paul a los mandos, y ese tono desenfadado que es una gozada. In my life es un temón, tanto en letra como en música, con la voz de Paul y John que se reparten protagonismo y el solo de piano barroco de George Martin queda encajado al tono adecuado. Wait fue un descarte de Help! pero que en este disco queda de lujo, un tema de aires powerpop iniciales, dulzura total. If I needed someone es el otro temarraco de George, con esa influencia de los Byrds y esas armonías vocales descomunales. Run for your life cierra el disco, otra delicia de canción donde las armonías vocales mandan y su ritmo es infalible, gran final de disco.
En definitiva un álbum espectacular, una obra de arte como pocas, disfrutable a día de hoy totalmente, donde se aprecia la madurez de la banda y una cohesión en los temas, algo que a partir de aquí ya será así.
Os dejo con Run for your life.