En un mundo donde la crisis económica nos ha llenado la faz de la Tierra de vidas sin salida, todavía hay exploradores que se atreven a salir al exterior y comportarse como conquistadores de los espacios vacíos que aún nos quedan sin expoliar. Algunos de esos insatisfechos son artistas, y dentro de éstos, músicos, que con su voz y sus guitarras nos cantan las mil y una aventuras existenciales que todavía nos quedan por vivir. Los hermanos Gruska lo hacen bajo el nombre de The Belle Brigade, y parapetados bajo las coordenadas de la música folk; un mecanismo casi siempre eficaz, y que ellos argumentan con temas como Sweet Louise (que abre su primer y homónimo cd), en el que buscan esas referencias ya clásicas de cantantes como Paul Simon, según declara el propio Ethan Gruska en una reciente entrevista.
Esa estela de búsqueda y exploración de nuevos territorios tan en boga en las grandes bandas de la música actual, es la que sigue esta joven banda norteamericana cuando indaga en sus propias heridas (la canción Lucky Guy se basa en una experiencia personal), pero que ante el infinito poder de la naturaleza (uno de los mayores anhelos de los grandes conquistadores) caen embelesados por los rayos del sol que se filtran a través de los frondosos árboles del bosque bajo los que se protegen; una coraza que a veces emplean para desplegar toda la magia del folk de siempre, y que en ocasiones se pega al pop rock californiano de los ochenta bajo el influjo de bandas como los Flying Burritos Brothers (del que dicho sea de paso, el grupo español Los Secretos son grandes admiradores), y en otras, se muestran más vivos e irreverentes cuando con canciones como Where not to look for freedom, Losers o Belt of Orion se lanzan a la conquista de nuevos territorios bajos los pasos de los Arcade Fire, si bien éstos nos mostraron una magnífica oda musical acerca de los suburbios urbanos. Porque los espacios aledaños a las grandes ciudades que transitan The Belle Brigade son diferentes y mucho más cercanos a la frondosa y salvaje vegetación que existe en los límites de las ciudades norteamericanas. Un exilio salvaje que proyecta su música en canciones como Shirt y Lonely lonely, donde el trepidante ritmo de su música y la fuerza de Barbara Gruska nos llevan de la mano por los senderos más profundos de esos lugares que sólo ellos conocen, y donde la vitalidad y la buena música se dan la mano.
En este sentido, tanto Barbara Gruska como su hermano menor Ethan Gruska, deben estar muy satisfechos por la buena acogida que está teniendo entre la crítica especializada de su país su homónimo The Belle Brigade, lo que les ha llevado a incluir su tema I didn’t mean it en la banda sonora de la próxima entrega de la película de la saga Crepúsculo, y que se puede escuchar en la página web del grupo http://www.thebellebrigade.com/ En un mundo plagado de falsos estereotipos sobre la música norteamericana, los hermanos Gruska con su grupo The Belle Brigade son una magnífica oportunidad para romper esas falsas barreras que todavía existen, y si no, baste escuchar la sobresaliente Rusted Wheel, donde con un portentoso órgano de fondo, la voz de Barbara vuelve a brillar una vez más bajo la falsa protección de una naturaleza salvaje a la que The Belle Brigade consigue conquistar y que se derrite con la entrañable Fasten you to me que cierra el disco.
Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.