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The Black Swan, lo mejor de Aranofsky

Publicado el 23 febrero 2011 por Lapalomitamecanica
La eterna busqueda de la perfección
The Black Swan, lo mejor de AranofskyDarren Aranofsky ya nos demostró anteriormente que es un director con una visión muy especial para el séptimo arte. Todos los amantes de las obras de este cineasta recordaremos sus inicios con la inquietante Pi. Fe en el caos, una primera muestra del cine que lleva dentro Aranofsky, una obra muy abstracta, abierta a la interpretación, donde la locura es siempre el telón de fondo.

Posteriormente, el director de la recomendable Requiem por un sueño película que le dio verdaderamente a conocer, nos trajo la siempre incomprendida The Fountain. La fuente de la vida como se la título en España, es la demostración de la capacidad de Aranofsky para crear cine a través de sus creativas metáforas y recreaciones, en este caso dando rienda suelta a su imaginación para hablarnos del siempre recurrente sentido de la muerte.

Con The Black Swan, cinta que ha seguido a la emotiva El luchador, Aranofsky ha llevado al extremo lo anteriormente dicho. La película protagonizada por la talentosa Natalie Portman me recuerda en parte de su esencia a la brillante American Pshyco protagonizada por Christian Bale. Ambas se asemejan sobretodo en una ambientación que ralla la paranoia, donde se produce la siempre poética lucha entre el bien y el mal. The Black Swan usa un constante lenguaje binario; blanco o negro, bueno o malo, nunca hay tonos grises. Tanto Nina como Patrick Bateman (Bale) inician un viaje en el que acabaran conociendo su faceta reprimida hasta entonces, como si de la novela Jekyll y Mr.Hyde se tratase.

The Black Swan, lo mejor de Aranofsky

Es evidente, que el cine de este genial director es conocido por la utilización de un lenguaje complejo a la vez de poético. Se necesita paciencia y sobretodo abrir la mente a la interpretación y es de agradecer que en ocasiones los cineastas ofrezcan retos al espectador como en esta ocasión. The Black Swan, es una obra compleja con infinidad de matices cuya protagonista inicia un viaje en busca de la perfección lo que la lleva caer al infierno de su locura.

Natalie Portman hace posiblemente el mejor papel de su carrera, demostrando una vez más que estamos ante la mejor actriz de su generación. La protagonista de V de Vendetta da vida a una entregada bailarina de ballet que está ante la mayor oportunidad de su carrera, ser la reina cisne en la obra El lago de los cines. Sin embargo, a medida que transcurre los minutos vemos como la presión hace mella en ella, y es que el mayor lastre que soporta es su propia madre la cuál trata de vivir a través de su propia hija.

El exceso proteccionismo que ejerce desde su infancia la madre de Nina, crea un personaje que todavía vive en un mundo donde ella es la única princesa, y donde lo oscuro no tiene lugar, Nina es sencillamente la esencia de la virginidad. Es por ello que conocemos a una Nina reprimida, cuya frustración, traumas e inseguridades están a flor de piel deseando salir de cualquier forma, en este caso con la representación del cisne negro.

The Black Swan, lo mejor de Aranofsky

Dos factores hacen imprescindibles la aparición del Cisne negro, su propia locura y el personaje de Mila Cunnis (Lili). Ante las presiones de un eclipsado Vicent Cassel para que Nina de rienda suelta a sus instintos más básicos surge el personaje de Lili, la cual actúa como catalizador para tal fin. Entre el amor y la sospecha se debate la relación entre Nina y Lili. Por un lado, vemos la fuerte atracción que siente Nina desde el principio de la película como si los polos opuestos se atrajeran y por otro, la desconfianza continúa de que existe una oscura intención detrás de cualquier palabra amable.

La última parte de The Black Swan es sin duda la más desconcertante de toda la película a la par de brillante, donde el lenguaje metafórico de Aranofsky se eleva a un nivel superior.

El nacimiento del cisne negro surge finalmente cuando la locura se apodera totalmente del cuerpo y la mente de Nina, dejando atrás el mundo infantiloide donde su madre la tenía retenida casi de manera enfermiza para ver como surge el lado más primitivo de Nina. Es en este preciso momento, donde la El lago de los cisnes y el argumento del film se enlacen, creando auténtica poesía.

The Black Swan, lo mejor de Aranofsky

Al igual que en la obra, donde el Cisne blanco se quita la vida, consciente de que jamás logrará alcanzar el amor prometido, Nina es consciente en una cortísima escena de que Lili, su auténtica princesa jamás le será correspondida más que en su propia imaginación, por lo que la muerte del cisne blanco tiene dos sentidos además de la muerte de su pureza o el precio de la perfección.

Ciertamente, la música al igual que otras grandes obras como Amadeus o la propia The fountain juega un papel fundamental. Es posible que tengamos un recurso efectista que consigue realzar las virtudes de The Black Swan, pero si uno es amante de la buena música no le supondrá un medio para llegar a un fin, sino el propio fin y es que al igual que la película dirigida por Milos Forman la BSO es también una gran protagonista.

Posiblemente, estamos ante la mejor película del año y la demostración palpable de que Aranofsky se encuentra entre los directores más en forma del momento. Ya no queda mucho para la resolución de los codiciados Oscar y todo hace presagiar que la intrascendente La red social se llevará el premio gordo muy a pesar de The Black Swan. Lo que sin duda sería un escándalo, es que Natalie Portman no se llevase la estatuilla a mejor actriz.


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