Revista Cine
Director: Don Siegel
Demonios, viejo, he perdido casi tres kilos y con razón me sentía más flaco que hace dos semanas. Es hora de empezar a comer un poco más, por supuesto, y hacer ejercicios con un poco más de rabia, porque me he dado cuenta que saco mejores resultados cuando estoy un poco enojado. ¿Suena extraño? Mañana, entonces, antes de empezar con la rutina voy a ver (en realidad me basta sólo con pensar en ello) el video en donde un grupo de energúmenos del primer mundo lanzan a un jabalí por un barranco sin razón alguna más que la simple satisfacción de causar daño y sentirse poderosos sobre otro ser vivo que no podía defenderse. Qué horror, en verdad... Pero bueno, ahora por fin vamos a comentar las últimas películas que nos quedaban de este incompleto pero esforzado repaso a la filmografía de Don Siegel. ¡Cómo pasa el tiempo!, hace casi dos semanas estaba llorando y quejándome que no podía terminar esta retrospectiva como lo tenía planeado. A veces sueno muy incoherente, ¿a que no?
¿Me van a creer que recién ahora me voy fijando seriamente en la existencia de Donald Pleasance? Acá interpreta al singular jefe de Michael Caine, y lo hace tan bien que me dije "cuando termine la película voy a buscar quién es aquél caballero y en qué películas ha participado". ¿Saben en qué películas ha participado? ¡En "Halloween" y "Escape from New York", y no lo reconocí! O sea, su cara me era familiar, pero de ahí a identificarlo como el psiquiatra que persigue a Mike Myers o el presidente secuestrado en la versión carcelaria de Manhattan era otra cosa. No sólo eso, porque veo que el hombre, prolífico e incansable, ha actuado en "1984" (dir.: Michael Anderson), "Cul-de-sac" (dir.: Roman Polanski), "The Great Escape" (dir.: John Sturgess), "THX 1138" (dir.: George Lucas) o "Wake in Fright" (dir.: Ted Kotcheff), entre tantas otras que abarcan diversos géneros a lo largo de casi cuarenta años de carrera. ¿Y yo recién me fijo en él ahora? Dios santo, perdóname por todo...
Sobre "The Black Windmill" diré que es un thriller, de estos duros y secos, muy bien ejecutado, directo al grano, que narra la historia de un, en palabras simples, espía británico que mientras investiga no-sé-qué-grupúsculo le secuestran al hijo y, al poco andar, se da cuenta que ambos problemas tienen más conexiones de las inicialmente presupuestadas. La película está ejecutada con la mano firme y precisa de Siegel, logrando que la historia nos mantenga atentos e interesados en un devenir argumental no tan previsible como alguien podría aventurar gracias a la sabia decisión de enfocarse en la interacción de los diversos personajes implicados (no es que desarrolle un complejo estudio moral o qué-sé-yo, pero, me parece, se pone especial atención en que los personajes sean los que guíen el relato y no al revés, para ello dotándolos con una escueta pero suficiente y convincente construcción dramática. En otras palabras, cada personaje tiene un peso específico sin el cual el relato no habría funcionado de la manera en que fluye) más que en el simple intercambio de información o exigencias. Sumen a lo anterior la presencia de un extraño y descolocante sentido del humor y como resultado obtenemos un excelente thriller sobre gente que decidió molestar al personaje equivocado.
Yo no diría que estamos ante un título menor, pues, si bien Siegel cuenta en su filmografía con títulos de "marca mayor", la misma se cimienta sobre una gran cantidad de pequeñas joyas que ya quisieran para sí directores menos talentosos que ese monstruo llamado Don Siegel. Acá hemos visto y comentados varias de esas joyas ensombrecidas. "The Black Windmill" es un thriller sólido y bien hecho, y por supuesto, indudablemente setentero (no olvidar que, aunque esta película es inglesa, Siegel es estadounidense y consigo se llevó esa forma tan contundente de filmar sus historias; forma que, por lo demás, es tan propia de la década). De todas formas tampoco creo que en esas etiquetas: ¡qué sería del cine sin películas "menores"!
...¡por fin salió el tráiler de "Aven-... ¡¡miren, una papa con forma de shuriken!!... ¿de qué estaba hablando? ¡bah!, seguramente no tenía importancia...