Revista Cine

The Bling Ring, EE.UU. 2013

Publicado el 04 octubre 2013 por Cineinvisible @cineinvisib

Un nuevo espacio cinematográfico ha surgido en las últimas producciones. Si el lejano Oeste y el tórrido Sur en el ámbito americano luchaban por conquistar las preferencias del público, frente a las ciudades de arte europeas y las exóticas y llenas de misterios árabes u orientales, una nueva actitud y una forma de compromiso político y social, la ocupación de un lugar, ha encontrado eco en el mejor reflejo de la sociedad, el cine.  BR0Desde las piscinas de los chalés en Dragonslayer, las mansiones de famosos en lo último de Sofia Coppola o las residencias de verano de la costa de Córcega en la notable, Los Apaches, de Thierry de Peretti, no se trata solamente de robar bolsos de marca o una cadena de música mediocre sino, sobre todo, tener la sensación de pertenecer a un mundo o a un nivel económico (o de famoseo) del que los protagonistas se sienten excluidos.BR5Ahí radica el mérito e interés de The Bling Ring (título que evoca el sonido de pulseras o monedas). Sofia Coppola es la especialista en descubrir los temas que bullen en el ambiente, las tendencias de la masa que se encuentra al día de lo último de la última estrella, que disfrutando su cuarto de hora wharholiano ignora que será olvidada a la velocidad de ingestión de un chupito de wodka.BR4La cineasta estaba leyendo tranquilamente su Vanity Fair (dime lo qué lees y te diré quién eres) cuando se quedó prendada por el artículo de Nancy Jo Sales sobre la abracadabrante historia de cinco adolescentes americanos que se dedicaban a robar en las casas de los famosos (de hecho, todavía nos preguntamos por qué han adquirido esa reputación), como por ejemplo, Paris Hilton.BR3Basándose en el citado artículo, el mediatizado proceso que siguió a este delito de robo de varios millones de dólares (las empresas de seguridad tienen por delante un excelente mercado en potencia) y las miles de entrevistas a cada uno de los protagonistas, Sofia Coppola borda en una hora y media el retrato contemporáneo de Dorian Grey, en el que la apariencia es lo más importante de la existencia. Bueno, apariencia y complementos.BR1Con su mítico y excepcional oído para escoger una banda sonora de lujo, sus actrices magistralmente dirigidas (sobresaliendo Leslie Mann por encima de Emma Watson, y con la agradable sorpresa de Katie Chang), las compis de ensueño que se han prestado a hacer cameos sin rechistar (Kirsten Dunst o Paris Hilton), un pulso perfecto tanto para llevar un bolso de marca como para contar una buena historia, o sólo por ver la habitación de complementos de Paris Hilton, que ha prestado amablemente su casa para el rodaje, merece la pena ver esta película.  BR2Sin embargo, meses después de verla sigo con un extraño gusto visual. Lo que se supone que debería ser un análisis, mínimamente crítico, de una situación dada, por mucho que me retenga, no puedo impedir tener la sensación de haber visto una justificación y, hasta diría, fascinación por parte de Sofia Coppola.


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