Aclamado por la crítica, el memorable álbum sin título de los Byrds se situó como una de las últimas grandes obras del complejo universo musical.
Unas legendarias aves del paraíso, que fueron capaces de explorar de manera brillante, un vasto territorio sónico que comprende desde el arte del folk o el bluegrass, pasando por el rock psicodélico, hasta llegar a los confines más recónditos del country rock. Coronaron la cima del rock durante años difíciles y políticamente cargados, acompañando con su genuina música a toda una generación.
Originarios de Los Ángeles, los estadounidenses Byrds fue una de las bandas más influyentes surgidas en la década de los sesenta, siendo pioneros del folk rock, country rock y el rock psicodélico. A nuestro juicio, se consolidaron como el único grupo capaz de frenar la denominada “invasión británica”, que supuso la llegada masiva de formaciones musicales como los Beatles o The Rolling Stones y que acaparaban las listas de éxitos norteamericanas en aquella época.
Podemos considerar a los Byrds como una banda camaleónica, dado los diversos cambios que sufrieron en sus filas a lo largo de su trayectoria. Inicialmente, los Byrds se constituyen a mediados de los años sesenta, formado por un trío californiano de guitarras folk con Jim McGuinn (que poco después pasaba a llamarse Roger), David Crosby y Gene Clark. Posteriormente, se le unen como apoyo instrumental el batería Michael Clarke y el bajista Chris Hillman. Y así nacen los Byrds, por un ya lejano 1964.
Atrás quedaban los tiempos del “Turn, Turn, Turn” y en 1970, con una de sus alineaciones más estables, presentaban este (“Untitled”). Un curioso título le otorgaron a esta obra, quizás sugiere algo de “incerteza”, y fue cortesía de la torpeza de un productor que envió el álbum a la casa discográfica cuando todavía no tenían decidido el nombre… Y el sello entendió que (“Untitled”) era el título definitivo. Un célebre malentendido, que perduró hasta nuestros días… y con el paréntesis incluido.
Por supuesto que una mención especial, merecen los músicos que hicieron posible este “Untitled”, liderados por el compositor y mago de la guitarra “Rickenbacker” de doce cuerdas, Roger McGuinn, el soberbio guitarrista Clarence White, Skip Battin (bajo y voz) Gene Parsons (batería, armónica y voz). De sencillamente exquisito, podemos calificar al personal adicional, capitaneado por Gram Parsons, Terry Melcher al piano, Sneaky Pete Kleinow a la guitarra pedal steel y el extraordinario violinista de bluegrass Byron Berline.Centrándonos en el doble álbum, producido por Terry Melcher y Jim Dickson se publicó en 1970 por el sello Columbia Records y consta de 16 pistas. La primera parte del LP incluye temas en directo grabados en el auditorio “Colden Queens College Center” de Nueva York y con un segundo que incorpora canciones nuevas de estudio.
Abre el disco con un glorioso “Lover Of The Bayou”, composición histórica propiedad del dúo Jacques Levy / Roger McGuinn, para continuar con una gran versión del “Positively 4th Street” perteneciente a Bob Dylan, al igual que la fantástica revisión del“Mr Taumborine Man”, en dónde la genial guitarra de Clarence White cobra un protagonismo mayúsculo.
Otros temas excelentes de los Byrds, en dónde nos muestran todo su poderío en directo son“So YouWant To Be A Rock N Roll Star” y“Mr. Spaceman”. Calificaremos como auténticas joyas musicales al clásico entre clásicos “Chestnut Mare”, impregnado por la peculiar voz de McGuinn, “All the Things” y “Just a Season”.
Nos encontraremos con cierta similitud a los Crossby Stills, Nash And Young, reflejada en los acústicos “Yesterday’s Train” y “Well Come Back Home”. El momento álgido del disco llegará gracias a un magnífico “Eight Miles High”, infinitos sus dieciséis minutos de duración, envueltos por una jam eterna y sencillamente magistral.
Desafortunadamente, las campanas de muerte volvieron a resonar en el rock and roll. Con los fallecimientos de Gram Parsons (1973), Clarence White (1973), Gene Clark (1991) y el batería Michael Clarke (1993), la historia musical contemporánea perdía a cuatro integrantes de leyenda, porque hablar de los Byrds, es hablar de una de las fuentes de riqueza musical más grandes que ha dado el rock.En 1973, Roger McGuinn volvía a reunir al quinteto original de los Byrds, intentando mantener el mismo espíritu que les caracterizó en sus inicios. Pero debido a una serie de problemas internos y discográficos, McGuinn decide abandonar el nuevo proyecto, poniendo fin así, a una de las mejores agrupaciones musicales que ha visto nacer el siglo XX.
Y así concluye esta épica aventura de los Byrds, un esencial grupo que ha dejado una de las huellas más profundas del rock and roll. Quizás un buen día, estos inolvidables pájaros tuvieron un sueño, quiero creer que fue el de volar y volar con libertad, cada vez más alto.