Revista Cine
Director: Paul Schrader
Y bueno, hemos llegado al final de esta retrospectiva dedicada a Paul Schrader. Es curioso que se haya llevado a cabo a lo largo del mes de agosto, aunque con ésta sólo fueron trece las películas vistas y comentadas, dejando unas siete en el tintero. Mayoría gana. Las no vistas son: "Light of Day", que se quedó fuera porque no encontré una copia de calidad; "Witchhunt", una película para HBO que luce interesante y que bajé pero que por el momento no me convence locamente (y eso que actúa Dennis Hopper); "Forever mine" y "Touch", dos cintas que tampoco me convencen mucho; "Dominion", una precuela de "El exorcista" que hubiese visto de haber visto la de Friedkin (¿qué gracia tiene ver una secuela sin ver la primera?); "Dying of the light", película de la que el mismo Schrader (entre actores y el director de fotografía) renegó debido a que los productores no respetaron su visión, mutilando el montaje y la corrección de color, entre otros importantes elementos; y "Dog eat dog", la cual quiero ver, sólo que no está en internet aún, pero cuando aparezca de inmediato caerá por acá. En cualquier caso, hemos visto y disfrutado lo esencial, lo mejor de este gran cineasta llamado Paul Schrader. ¿Celebremos? A todo esto, he subido a youtube el corto de Jane Campion que comenté la otra vez: "Peel". Por si lo quieren ver, digo yo (nadie más lo ha subido)...
Desde que me enteré de la existencia de esta película que ardía en deseos de verla, pero me detenía una sola razón: quería ver la filmografía anterior de Paul Schrader. Como ahora cumplí ese requisito, me puedo permitir disfrutar con "The Canyons", y es que atractivo no le falta, después de todo escribe Bret Easton Ellis (escritor que me gusta harto, aunque sólo le he leído "Menos que cero" y "Suites imperiales", la primera mejor que la segunda, si bien ambas son bastante buenas; de hecho estoy seguro que Ellis, acá su instagram, se inspiró lo suyo en "American Gigolo" para escribir "Suites...") y protagonizan Lindsay Lohan y James Deen. Por lo demás, ¿acaso no les gusta este afiche promocional y su "It's not The Hills"? En serio, ¡no es The Hills! ¡Es peor!... pero en el buen sentido y con las mejores intenciones. Vamos, decadencia total y un delicioso toque cutre que se hace aún más delicioso por la decisión con que Schrader resuelve este enredo que mezcla líos amorosos/sexuales con una atmósfera de conspiración algo torpe pero que funciona de lo más bien, sobre todo por esa contagiosa banda sonora. El asunto es que puede que se ponga más atención a la trama que a lo que verdaderamente interesa a gente como Schrader y Ellis: el estado decadente de la sociedad y su gente, la oscuridad y vulnerabilidad moral que cargan, y las contradicciones que marcan el día a día: a fin de cuentas, la fragilidad personal y emocional. Schrader y Ellis rompen la coraza de esta gente rodeada de glamour, los despojan de sus perfectas máscaras, los desnudan por completo y exponen lo que hay ahí adentro: vacío, soledad, miedo. Desde luego, las estrellas de la función y, por ende, lo mejor del relato es la curiosa pareja que conforman Lohan y Deen, que interpretan a la perfección (en serio, no actúan para nada mal, sobre todo Deen) a ese Hollywood bajo y casi degradante que jamás alcanzará el cielo, en donde habitan las grandes estrellas (que tampoco son santos y ángeles, o si no vean "Maps to the stars", de David Cronenberg), y que debe vivir con esa particular tragedia: que en realidad son personas como cualquier otra, de carne y hueso (pongan atención a los diálogos, por favor). Hay un tercero en discordia, el rubio sin gracia enamorado de Lohan, a quien podemos quitar de la ecuación sin que se sienta mucho su ausencia ni en términos narrativos ni sustanciales, pero tiene su gracia ver la manera en que sufre el pobre. Tampoco me malentiendan: "The Canyons" no es una genialidad como "Hardcore", "American Gigolo" o "The comfort of strangers", de hecho tampoco diría que es una gran película, pero sí es una gozada de tomo y lomo que sabe lo que es y que se muestra con total impudicia y desparpajo, sin miedo alguno, y esa es la clase de honestidad que se necesita en estos días. Yo la vería otra vez sólo para molestar a los intelectuales de severa expresión, aunque mejor me pongo a leer de nuevo esas dos novelas de Ellis que traje a colación, incluso si me odian y escupen los fans de David Foster Wallace...
En fin, recuerden el nombre de esta película: "The Canyons". No es The Hills... es mucho mejor: es "The Canyons".