¿Quién es Carrie Bradshaw? Quizás esta ingenua rubia de ojos grandes no sea la primera que nos viene a la cabeza al leer este nombre, sin embargo AnnaSophia Robb se gana al espectador con una pequeña y natural sonrisa.
Si analizamos The Carrie Diaries desde la perspectiva comparativa con Sexo en Nueva York, nos quedamos un poco bloqueados porque no tienen nada que ver. Las protagonistas de las dos series comparten el mismo nombre, pero salvo su pasión por la moda, las dos chicas tienen personalidades bastante dispares.
Al ver la serie surgen varias dudas sobre si estas dos historias concuerdan. ¿Ha hablado alguna vez Carrie de su padre? ¿Tenía Carrie una hermana? ¿Habló alguna vez Carrie de la enfermedad de su madre? Oportunidades las ha tenido, sobre todo si pensamos en la trama de Samantha. Seguramente el background que un día realizaran para el personaje de Sexo en Nueva York no tenga nada que ver con la serie que ahora nos han vendido. Seguramente cuanto más capítulos hagan, más contradicciones encontremos.
Pero lo peor de todo es que la serie es buena. Buena dentro del género teen, porque si las series de temática adolescente te provocan una reacción alérgica, ésta también lo hará por mucho que se diferencie de las Gossip Girls y 90210′s del momento. Tan sólo es un primer episodio y puede que en los posteriores la cosa cambie y decidan cometer los mismos errores que otras series del género, pero el piloto funciona.
Los personajes son presentados rápidamente y con unos detalles ya nos hacemos una imagen clara de cada uno de ellos. Son creíbles como adolescentes, sus tramas son cotidianas y cercanas y Carrie se gana el corazón de los espectadores. Pero el nombre de Sexo en Nueva York sigue haciendo daño, porque esta Carrie nada tiene que ver con la Bradshaw de toda la vida, por mucho que digan que es su versión adolescente. Bien podría haberse llevado María, Laura o Diana…
Pero claro, el nombre de Carrie es lo que ha hecho que la serie sea noticia en todo el mundo.