Revista Música

The Circle

Por Alberto C. Molina

The Circle

No lo entiendo, de veras. Por más que lo intento, nada, sigo sin entenderlo… Me refiero a la opinión que tiene la gente de Bon Jovi —del grupo al completo, no sólo de su vocalista Jon—. Como bien sabréis, y si no os lo cuento yo, que para eso me tenéis a vuestro servicio, los de Nueva Jersey cuentan con un nuevo álbum en su discografía desde el pasado 11 de noviembre. Más de dos años después de su antecesor, The Circle se convierte en el undécimo trabajo de estudio de la banda. En él repite John Shanks como productor como ya hiciera en Have a Nice Day (2005) y en Lost Highway (2007), y al igual que estos, de momento está cosechando una buena acogida por parte del público.

El caso es que la publicación del último de la lista ha suscitado muchos comentarios, entre los cuales ganan por goleada aquéllos que aseguran que los estadounidenses han recuperado con él su sonido Rock más auténtico. De acuerdo, no es necesario escuchar más de tres canciones para comprobar cómo las guitarras son las que parten el bacalao en The Circle. Incluso el propio líder de la banda declaró en una ocasión que es un disco concebido para ser tocado en estadios a base de riffs, riffs y más riffs. Es más,  JBJ —Jon Bon Jovi— añadió que el gran artífice fue su compañero y guitarrista Richie Sambora.

Todo esto está a la vista en la página web del grupo, y aquí comienza el rompecabezas, mucha atención. Literalmente se nos dice que el disco es genuino Rock ‘n’ Roll gracias al regreso de Sambora. Como somos gente de naturaleza desconfiada investigamos y descubrimos que el guitarrista es además uno de los productores —los otros son los citados John y Jon, que juntos podrían dar nombre a un bufete de abogados—, hecho que daría sentido a tal afirmación.

Seguimos indagando y damos con que en los anteriores álbumes el señor Sambora también compaginó las labores de grabación con las de producción. De hecho, desde 1995 sólo se desligó de esta última faceta en una ocasión, en 2007, en Lost Highway. Llegados a este punto habría que preguntarse si Lost Highway sonaba y suena tan rematadamente mal como para provocar semejante revolución en Bon Jovi…

De eso nada, aquel disco ya supuso un acertado y refrescante cambio de aires con mucho Rock y Country, y por si fuera poco las ventas dieron la razón a dicha fórmula. ¿Entonces? ¿Cómo suena The Circle? Pues muy bien, no podría escribir “mal”, pero de revolucionario no tiene tanto como nos han querido hacer creer. Guitarrero, pero sin volvernos locos. Siempre he tenido a los de Nueva Jersey como un grupo de grandes baladas, comercial tirando a pastelón con permiso de célebres y movidos singles. Y The Circle no me hace cambiar de parecer. Repito que me gusta, no cansa, pero dejando a un lado el paréntesis de Lost Highway —que realmente entreveía una nueva etapa—, es más de lo mismo.

De manera que nos encontramos una vez más ante un listado de temas amorosos —como los osos— o simplemente más pausados, y de agitados éxitos radiofónicos en potencia.  Eso sí, no olvidemos las guitarras, dueñas de un plus de protagonismo en todas las composiciones. En definitiva, un muy buen disco, al margen de que en él hayan recuperado  o no su sonido primigenio. Mejor cuanto más sea escuchado.

1. We Weren’t Born to Follow: primer tema y single, es el modelo ideal. Con mucho ritmo, la canción además aborda una de las temáticas más recurrentes del disco: la crisis económica. En ella la púa también cuenta con su momento de gloria, breve, pero intenso. La señal es ese “Guitar!” clamado a los dos minutos y medio.

2. When We Were Beautiful: JBJ y Richie opinan que  tanto ésta como la anterior no se parecen a ninguna canción escrita por ellosRepito, “más de lo mismo”. Los hay mejores, pero no deja de ser un buen tema, a medio camino entre las más enérgicas y las baladas de turno.

3. Work for the Working Man: sus primeros compases recuerdan demasiado a los de Livin’ on a Prayer, y no está del todo mal. Lo malo de verdad llega después, cuando la cosa cambia y las comparaciones se vuelven odiosas. Canción aparentemente dura, con un mensaje igual de contundente citado más arriba, la crisis económica, y a la vez caricaturesca, algo extraño que  hace que no encaje en la dinámica general.

4. Superman Tonight: Engaña el tema, en primer lugar por el título, similar al de cierto éxito de juventud de nuestro Miguel Bosé, y en segundo lugar por los compases iniciales, de esos que te hacen pensar “ya verás el pastel que viene detrás”. Pero luego descubrimos una pieza muy enérgica que tras la segunda escucha nos habrá convencido definitivamente.

5.  Bullet: La típica pista de segunda ronda. ¿Que qué es eso de “segunda ronda”? Pues una de esas canciones a las que no prestas demasiado atención la primera vez que escuchas un disco, pero que luego buscas entre el listado una y otra vez. Y exactamente esto es lo que ocurre con ella, atronadora desde el segundo número uno.

6. Thorn in My Side: Ésta no entiende de segundas rondas porque en cualquier bombo sería cabeza de serie. Espectacular composición. Silencios, cadencias, riffs, baquetazos, tiene de todo y además, bueno.

7. Live Before You Die: Del club de ni fu ni fa. A su manera no está del todo mal, romanticona. Pero con las cosas tan positivas que se dicen aquí sobre sus compañeras de piso, tal definición sabe a poco. Así es la canción, había que rellenar minutos, una de tantas.

8. Brokenpromiseland: El tema que completa el Olimpo particular de este álbum. El ritmo, de menos a más, acabará envolviéndonos por completo. Su fuerza raya la rabia, y si no cuando no te des cuenta estarás haciendo los coros. Atención al solo que se marca Sambora a poco más de un minuto del final.

9. Love’s the Only Rule: Otra que engaña. Tiene toda la pinta de que no va a gustar, por lo que de poder apostaríamos en uno de esos portales de Internet, pero al final nos diremos a nosotros mismos pues “tampoco estaba tan mal”. Y parte de la culpa será de nuevo de cierto guitarrista. Ni mucho menos se cuenta entre las mejores, pero lo dicho, “tampoco estaba tan mal”.

10. Fast Cars: En su caso no engaña, directamente no pega, no hay por donde cogerla. El mejor piropo que puede recibir es que recuerda a Snow Patrol, y a buen entendedor pocas palabras bastan.

11. Happy Now: A estas alturas creo que todo el mundo estará de acuerdo, coincidirá en que el grupo no se rompió la cabeza dando nombre a las canciones. Pero, y aun a riesgo de repetirme, insisito en que algunos de esos títulos no hacen honor a lo que preceden. Este es uno de esos casos.

12. Learn to Love: Muy buena balada. Parece que quisieron ponerle emoción al listado Bon Jovi porque sin ella habría terminado el disco sin una decente. Pero hela aquí, en el último lugar, salvando la situación. Como suele decirse, un buen broche.


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