The coming back

Todo lo bueno se acaba

Sí, ya se han acabado las vacaciones; toca volver a la rutina. Poco a poco habrá que ir cogiendo el ritmo, superando el síndrome post-vacacional, la depre de la vuelta al curro. La depre de saber que el Euromillones sigue sin asomar siquiera el hocico. Cosas que pasan.

Las semanas de vacaciones han estado bien; y, sabiendo como sabes que soy una persona muy activa, ha habido planes de todo tipo, mucha actividad. Si te parece, te lo iré contando a lo largo de estos días.

Empecé recibiendo como huéspedes a tres buenos amigos que vinieron coincidiendo con las fiestas de mi ciudad. Lo pasamos genial. Es gente a la que quiero mucho, y por eso me ha encantado tenerlos en casa. A mí me gustan mucho las fiestas de mi ciudad y, por tanto, me gusta muchísimo compartirlas y darlas a conocer. Ha sido fantástico tenerles aquí. Espero que se animen a venir el año que viene.

Lo que más me gusta es el Correfoc. Creo que ya te he explicado en alguna ocasión que se trata de un pasacalles, con la particularidad de que sólo salen diablos y bestias de fuego. Es genial. Lo mejor de todo es el cierre del correfoc, el “Sostre de Foc” (techo de fuego), que tiene lugar en la plaça de la Vila, cuando todos los diablos y las bestias de fuego de la ciudad hacen una encendida conjunta, y luego, se prenden unas hileras de bengalas que se ponen en lo alto, y que iluminan toda la plaza. Parece, realmente, que se está en el infierno; y la gente que quiere participar, se pone un gorro de paja, ropa de manga larga (chaquetas tejanas, sudaderas) y bailan bajo el fuego con diablos y bestias. Es una gozada. ¿Quieres verlo?

Siempre que lo veo, me emociono. Hay quien lo considera una locura; yo, como lo vivo desde dentro, lo veo diferente. Es una verdadera gozada. En serio.

Otra particularidad de la Fiesta Mayor es que el día 4 de agosto (víspera de la patrona de la ciudad, la Virgen de las Nieves) y el día 5, la tradición manda vestir de blanco. Evidentemente no todo el mundo viste de blanco esos dos días: hay mucha gente que viene de fuera y no lo sabe, y también hay mucha gente de la ciudad que, sencillamente, pasa de las tradiciones. Yo no es que me tenga por una persona súper tradicional, pero ésta es una de esas tradiciones que sí me gusta seguir. Me gusta mucho ver a tanta gente vestida de blanco. Queda bonito (llámame tonta. Qué quieres).

Pero bueno, como todo, es mejor vivirlo personalmente, en vez de que te lo cuenten. Si quieres comprobarlo, anímate a venir; tienes todo un año para pensarlo.