Revista Cultura y Ocio
Haciendo una (forzada) analogía podríamos decir que 2015 ha sido como un vinilo de 12 temas, la cara A llegaría alegremente hasta las vacaciones estivales, donde dimos la vuelta a nuestro LP, limpiamos con cuidado y volvimos a poner la aguja sobre los tortuosos surcos semanales. Bajo su monótono giro, y con esa agradable y familiar fritura de fondo, habremos sufrido algún salto y posiblemente un par de desagradables rallajos, pero ya comienza el ultimo corte, el doce, algunos habrán disfrutado de la música, otros lo habrán odiado, a mi me pareció monótono, oscuro y muy poco prometedor... algún punteo bueno, un riff por aquí, un sólo por allá, pero desafinado, poco imaginativo y nada trasgresor... Pero claro, es sólo mi opinión, cada escucha las notas como le viene en gana o su conocimiento le permite, todo es válido y respetable. Se acerca el final, el último track, suena algo artificial, muy colorido y tintineante, con un falso lustre trascendentalista, política y religión en su letra... Navidad y políticos en campaña, solo de pensarlo me dan ganas de echar a correr, y como se que los católicos no se toman nada bien el choteo religioso, correré desnudo al grito de "el Rock es mi señor, arrepentíos pecadores!!!".... play that song Mr DJ....
Sarcasmo anticlerical aparte, debo reconocer que la música religiosa, los temas escritos para alabar al Altísimo (fundamentalmente el Gospel) fueron el preámbulo vital para el resto de estilos musicales afroamericanos, y por consiguiente para para la música popular en general. Su propuesta se basa en una expresión de piedad, un lamento, a veces misericordioso, a veces exultante, una intensidad emociona que eleva a la audiencia en una especie trance místico, algo que tanto Blues, como Soul supieron adoptar, interiorizándolo como parte de su lógico legado. Los temas espirituales negros vivieron una nueva (y controvertida) oportunidad, a través de los nuevos ritmos populares paganos de los años 50 y 60, las palabras del Señor al servicio de la industria del pecado, sin embargo la cosa funcionó, y muy bien, hoy os traigo uno de los mas apocalípticos, destinado a inducir a los pecadores al arrepentimiento mas sumiso, y que nos dio una de las versiones mas electrizantes e hipnóticas de la historia de la música.
Pecados, pecadores, arrepentimiento, castigo, furia divina... “Sinner man”, “Oh, sinner man”, o simplemente, “Sinnerman” es un apocalíptico espiritual negro que buscaba el arrepentimiento de sus pecados " Oh, sinner man, where you gonna run to?" (Oh, pecador hacia donde vas a correr/huir?). El pecador de la letra trata de huir, evidentemente, de la justicia divina el día del juicio final. El origen de este aterrador mensaje musical se pierde en la noche de los tiempos, como la mayor parte de los temas Gospel no podemos datar su nacimiento exacto, al parecer se escucha por primera vez en USA cerca de los Apalaches, aunque su origen hay que buscarlo en los ritmos importados por esclavos africanos, pero también en los temas populares de los inmigrantes norte europeos (posiblemente escoceses), aunque algunos expertos opinan que la influencia española también esta muy presente. Su letra y estructura fue cambiando según quien y cuando se interpretaba, posiblemente no mas allá de los muros de la Iglesia en domingo. A mediados de los 50, con el auge de la música popular masiva y los nuevos sistemas de reproducción, artistas y productores de todo tipo buscaban ansiosos todo tipo de material sonoro para añadir a su repertorio, así es como encontramos la primera grabación de "Sinner Man", en 1956, a cargo del compositor y arreglista de Swing y Jazz, Leslie Thompson "Les" Baxter y su orquesta, con la voz principal del cantante de folk Will Holt. Ambos le darían la estructura y ritmo en la que se basarían el resto de versiones posteriores, también se adjudicaron la autoría, aunque omitieron mencionar que tal vez se inspirasen en una grabación de un tema Gospel de un grupo de color ("On the Judgement Day" de the Sensational Nightingales) realizada un par de años antes... bueno, no tiene importancia, el "pecador" había salido del templo y caminaba por la industria de pecado...
Comenzada ya la década de los 60, "Sinner man" esta presente en el repertorio de infinidad de artistas, gracias en parte al activista socio cultural y gurú del folk Pete Seeger, quien se fija en ella en 1959, introduce algunos cambios en ritmo y letra, eliminando la mención al diablo y la incorpora como uno mas de los temas de su banda the Weavers. Nuestra canción vuelve a ponerse en voces folk (recordemos que su primer registro en vinilo fue en la voz de un compositor de música popular blanco, de Portland, Maine), en manos de artistas paliduchos, por muy reivindicativos que fuesen, "Sinner man" alcanza mayor difusión y nueva popularidad, así cruza el charco y ese mismo 1959 alcanza el top 26 en el Chart UK en las voces del dúo nórdico Nina and Frederik, una pareja aristocrática de rancio abolengo, títulos nobiliarios y de grandes familias Holandesas y Danesas, que obtuvieron mucha popularidad en Europa, en especial en España, donde se afincaron (en Ibiza, claro). Años mas tarde uno de aquellos grupos nacionales multitudinarios, enamorados de todo lo que sonase a tradición, y que forjaron su fama a golpe de versionar toda canción que caía en sus manos, decidió hacer la suya propia para su primer álbum, El folklore de Nuestro Pequeño Mundo (1968)... posiblemente esta sería la que, de pequeño, yo cantaba en un inglés de oído de esos de "güengüiorarantu.." claro que yo estudiaba francés.
Hubieron muchisimas mas, algunas en clave reggae como la que nos presenta Peter Tosh, ex-miembro fundador de losWailers de Bob Marley, o al estilo de New Orlean como la del controvertido y pionero maldito (este me lo guardo para otro día). Pero sin duda alguna la (para mi) mejor de todas nace de haberse escuchado cada domingo en el contexto religiosa para el que fue creada, y es que Eunice Kathleen Waymon había aprendido esta canción durante su infancia, en voces de los feligreses de la iglesia de su propia madre, ministra metodista, con la que arengaba a los creyentes a confesar y arrepentirse de sus pecados. Eunice le acompañaba al piano desde los 4 años, con el tiempo esas teclas serían su principal vocación, convirtiéndose en la artista de color mas ecléctica y personal de la historia de la música. Nina Simone se convirtió en un referente, una artista de culto, olvidada, recuperada y reivindicada en diversas ocasiones (gracias en parte a la recuperación de sus temas en cine y tv), su carrera fluctuó entre el éxito, el escándalo y el olvido, pero escuchar cualquiera de sus grabaciones es como entrar en un espacio íntimo y profundo de su alma, un privilegio que Nina nos da solo por compartir su mensaje con nosotros. Durante mucho tiempo solía acabar sus conciertos con "Sinnerman", en su apabullante versión grabada en su disco Pastel Blues (1965), Nina le da al texto un nuevo enfoque convierte el antiguo sermón de la condenación en esperanza y salvación, situando la clásica amonestación al pecador en tercera persona, en sufrida narración personal en primera.
Son diez minutos de una voz maravillosa, y unos fragmentos a piano impecables, es difícil no caer en una especie trance místico entre sus notas, un estado donde descubres una nueva sensibilidad auditiva y sensorial, un acercamiento consciente al alma primitiva y a la consciencia colectiva humana... No será dios ni el cielo, pero es música y alma que, para los ateos como yo, es practicamente lo mismo... Disfrutar del nuevo año!