Revista Cultura y Ocio
Como dije a finales del mes de septiembre, la banda inglesa The Cure editaron el pasado 1 de noviembre su decimocuarto disco de estudio titulado Songs of a lost world, 16 años después de su anterior disco 4:13 Dream. Ha sido escrito y arreglado por Robert Smith y producido por él mismo y Paul Corkett en los Rockfield Studios, siendo la formación actual la que componen Robert Smith a la voz, guitarra, bajo de seis cuerdas y teclado, Simon Gallup al bajo, Jason Cooper a la batería, Roger O'Donnel a los teclados y Reeves Gabrels a la guitarra. En la portada del disco aparece una escultura de 1975 de Janez Pirnat. Alone era el primer avance, tema largo y lánguido, con una intro larga hasta que la voz de Robert entra en un tema quizás en el tono más cargante del grupo. Luego llegó A fragile thing, y aquí si que nos encontramos con la banda más reconocible en una pieza podríamos decir clásica del grupo desde el segundo uno, con un bajo muy presente, la voz de Mr. Smith en su salsa y una melodía muy atrayente. También hablé de All I ever Am, un buen tema de melodía típica del grupo con la voz de Robert Smith muy destacada y melancólica. Y también lo hice de Dron:Nodrone con una compacta e insistente instrumentación, sobre la que navega la voz de Smith, tema de tintes oscuros y recordando viejos tiempos de la banda. Ahora hablo de I can never say goodbye, tema que después de una introducción instrumental, desarrolla un medio tiempo en el típico tono melancólico de Smith y su banda.
Os dejo con el tema I can never say goodbye.