
Para nosotros Rufus Wainwright es la puerta a una música que no nos animamos a escuchar. Haciendo un mea culpa, siempre nos estamos moviendo por un terreno cancionero parecido, y cada vez que el bueno de Rufus toca nuestra puerta nos imaginamos abriendo un poco más el juego al estilo lírico o virtuoso de una, salvando las distancias, Martha Argerich. Luego todo eso se desvanece, volvemos a los lugares comunes, pero el intento está y es por culpa de este songwriter de cabaret ruinoso, pero con un piano que siempre afinado y de punta en blanco.
The Dream forma parte de su último disco Days are Nights: Songs for Lulu. En él Rufus se aferra en cuerpo y alma a su inspirada voz y un piano, dejando de lado el sonido barroco que exploró en sus discos anteriores y en la opera Prima Donna. Y es en esta canción donde logra tocarnos la fibra. Con algo tan simple y hermoso como dejar a la canción tan a mano que podemos tocarla, agarrarla y llevarla encima todo el día con nosotros.