Dublín, 24-30 de abril 1916.
El lunes por la tarde, una desprevenida partida de lanceros ingleses a caballo fue blanco de los disparos de los rebeldes.
El martes por la noche comenzaron a llegar soldados británicos de Gran Bretaña y del campamento militar de Curragh.
Para el jueves, las unidades británicas habían alcanzado las calles laterales del Edificio de Correos, e iniciaron un ataque con artillería.
El viernes por la noche, todo el centro de Dublín estaba en llamas.
El sábado 29 de abril, a las 15:45h, Patrick Pearse, ya Presidente titular del gobierno provisional de la República de Irlanda se rindió. A las afueras de Dublín apenas hubo algunos combates con poca señal de revuelta.
Bajas. Perdieron la vida luchando contra los rebeldes: 29 irlandeses combatientes en regimientos británicos, 14 irlandeses del RIC, 5 irlandeses del Cuerpo de Entrenamiento -conocido como Gorgeous Wrecks (Hermosas Ruinas) debido a la edad de los soldados, que llevaban las iniciales de su regimiento (GW) en sus botones y hebillas-, 3 irlandeses de la Policía Metropolitana de Dublín y 6 miembros de los Voluntarios Nacionales Irlandeses de afiliación redmondista.
El número total de bajas ascendió a más de 3.000, incluidos 132 soldados, alguaciles, policías muertos, 397 heridos y 60 rebeldes abatidos.
En menos de cuatro días, el general británico Sir John Maxwell, comandante en jefe y veterano de Sudán, Egipto y de la guerra de los Boers, dijo a Lord Wimborne:
"Le aseguro que [los irlandeses] no volverán a hablar de traición en cien años". El castigo británico por la revuelta no tardaría en ser aplicado con dureza.
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