A veces con nada se logra mucho. Sylvester Stallone es el vivo ejemplo de ello, ahí tienen Rocky (1976) que el mismo Stallone escribió y protagonizó cuando era un desconocido y que le valió reconocimiento del público y de la mal llamada crítica, de eso ya hace 34 años. Fue finalmente el primero, el público, el que puso a Stallone en el pedestal en el que ha estado más o menos presente durante el resto de su carrera, una carrera algo irregular pero prolífica.
Un "fast forward" y estamos frente a The Expendables, un proyecto que hecho durante el apogeo de ese cine que intenta emular, homenajear ¿plagiar?, hubiese resultado en una película grotescamente asombrosa, o por lo menos eso es lo que yo imagino. En cambio la película que tenemos ahora es casi un vestigio de ese cine de acción de un tiempo pasado. Si hay algo que deja claro The Expendables es que ese cine no se hace ni se volverá a hacer. Es sencillamente imposible, el mundo ha cambiado, en apariencia por lo menos. Y el público es quizás menos ingenuo, pero no por eso es más exigente y allí radica lo que para mi es el primer y único verdadero error de The Expendables como película.
Lo poco que se esfuerza aún con lo sencillo que parecen ser sus metas.
Y es que el problema de The Expendables no es la acción, en ese departamento cumple con las expectativas, su problema es lamentablemente en el departamento de la historia y su guión, allí es donde The Expendables no pasa la prueba. La historia es poco original y repetitiva y el guión es una excusa para mantener hiladas las casi que perfectas secuencias de acción.
Entonces nos queda un espectáculo casi vacío. Demasiado vacío para el gusto de quien escribe, por lo menos. No es que las películas de Stallone (aquí estoy metiendo no sólo las que escribió y dirigió sino algunas donde también actuó pero que indudablemente se crearon en torno a su imagen y en las que tuvo en más de una ocasión poder de decisión sobre el producto final) tengan un subtexto increiblemente complejo, pero sus dos últimas películas (Rocky Balboa, 2006; Rambo 2008) son evidentemente superiores a The Expendables porque no se conformaron con llenar los requisitos de la nostalgia del fanático de estas franquicias, fueron más allá. Porque si Stallone decidió hacer otras dos películas sobre esos personajes icónicos es principalmente por una cuestión de nostalgia.
Pero entonces regresamos a The Expendables, cuyo concepto como dije antes se ve monstruoso: reunir, más o menos, a un grupo de estrellas de acción de las últimas 2 décadas junto a algunas caras nuevas y ponerlos en el escenario de la típica (nada novedosa) trama de acción clásica, queda lamentablemente en eso: en un concepto.
Primero: el guión no sirve al poder visual y al atractivo de estas estrellas. Un ejemplo de esto: la escena donde aparecen juntos Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenneger y Bruce Willis parece más un spot para Planet Hollywood que una de las secuencias clave de la película y lo es porque es aquí donde se da uno de los primeros giros de la trama. La escena es eso, una excusa para poner a estos tres monstruos en pantalla incluso hay algunos diálogos con una clara intención metalinguistica que te sacan de la película ("quiere ser presidente"), ¿pero con qué objeto? Es gracioso, si. Pero al mismo tiempo se siente alienante.
Es por eso que quizás sólo los incondicionales de Stallone y el grupo de mercenarios disfrutará de la película a un nivel fetichista.
Porque si por un lado la historia y es guión es lo más flojo de la película por el contrario las escenas de acción y cada uno de los actores tienen su momento de lucimiento en particular, a pesar de que Stallone y Jason Statham son, por así decirlo, los personajes principales no impiden que los otros actores de este ensamblaje brillen.
En definitiva: no es tan buena como esperaba y no es tan mala como podría haber sido. Faltó algo, faltó el corazón que tienen Rambo (2008) y Rocky Balboa (2006).
......
Una de las cosas que me causaba más curiosidad de la película era todo el asunto de la alegoría al presidente Chávez. La alegoría está ahí, a pesar de que Stallone afirmó que su película "era solamente entretenimiento", que decidas hacer una alegoría de ese tipo tiene una intencionalidad. Cual es la intención en este caso, yo de verdad que no puedo descifrarlo. Primero porque como dije anteriormente yo creo que el público no es tan ingenuo como antes.
De hecho hubiese deseado que Stallone se dejara de pendejadas y hubiese sido directo en vez de una alegoría me hubiese gustado ver una referencia directa, así hubiese sido con el único propósito de provocar polémica. En cambio sólo nos queda un coqueteo, un amague. Le faltó más valentía.
En definitiva debe verse, para mi fue como viajar en el tiempo hacia el pasado. Y la escena de Bruce Willis, Sylvester Stallone y el Governator es surreal, sencillamente surreal, por un momento parece que los tres se van a echar a reir, es imposible.
Recomendada con reservas.
Nota mental: Quiero un pana como Dolph Lundgren