Llega el verano, terminan las clases, Ivy vuelve a casa de su madre en Nueva York a pasar las vacaciones. En ese intervalo acotado (tiempo fuera del tiempo, tiempo suspendido) transcurre la historia de The Exploding Girl, la película de Bradley Rust Gray que vamos a ver esta noche en Primer Plano, una historia de amor en la época del teléfono celular y el letargo de las emociones.Sabemos poco de Ivy, pero lo que sabemos no es menor, sabemos por ejemplo que es epiléptica, de ahí viene la explosión a la que alude el título de la película, una palabra que sobrevuela el relato como una amenaza, sólo que la epilepsia es aquí menos que una enfermedad, una condición clínica diagnosticable que un principio rítmico, el secreto de una lógica inquietante, hecha de esperas y ataques, incubaciones y crisis, la lógica que gobierna los hechos de toda vida adolescente.La vida de Ivy está hecha de pocas cosas, de cosas simples: un novio distante con el que se comunica vía celular, un amigo con el que auspicia de confidente, una madre distraída o demasiado ocupada para prestarle atención. El resto es inercia, apatía, una colección de tiempos muertos donde poco a poco , sin embargo, se va insinuando que algo puede ocurrir, algo que cambiará de manera radical la vida de alguien.Como El Rayo verde, la película de Erich Rommer con la que no deja de dialogar, The exploding Girl es el retrato de una chica difícil, a la vez inerte y resistente, que vive en un mundo anestesiado y sin embargo hay en ese personaje ingrato algo parecido a una enseñanza, una lección moral sobre el azar y la voluntad que hace pensar en aquel viejo slogan de Pablo Picasso, yo no busco, encuentro. Ivy también, cuanto más parece equivocar el camino y alejarse de lo que quiere, más se acerca a lo desconocido, a lo nuevo que está esperándola. Presentación realizada por Alan Pauls el 21 de julio de 2010 en el ciclo Indie love en Primer Plano I.Sat.Transcripción del siguiente enlace audiovisual:https://vimeo.com/16667457