A propósito de Magical Girl, su más reciente película, Carlos Vermut comentaba en una entrevista para la revista Caimán cuadernos de cine que los directores coreanos contemporáneos no se avergüenzan de su propia cultura, que la han asimilado y la incorporan a su cine para ubicar sus historias en ella. El cine coreano actual posee una identidad propia, además de lograr la perfecta sinergia entre lo comercial y la calidad más cercana al cine de autor, pero esto viene sucediendo durante los últimos quince años aproximadamente. A pasos agigantados, una industria que se encontraba eclipsada por la de otros países asiáticos ha ido ganando protagonismo y gran prestigio en el panorama actual hasta llegar a ser un claro referente para muchos directores de todas partes del globo. Tanto la afirmación de Vermut como las anteriores no sorprenden ya a nadie, pero sí resulta desconcertante que Corea se sitúe entre los países que mayor cantidad de animación genera a nivel mundial. Si ya la distribución del cine de los grandes abanderados del Nuevo Cine Coreano resulta difícil en muchas ocasiones en nuestro país, aún más difícil es conseguir alguna cinta de animación de allí, aunque existen algunos ejemplos escasos, como es el de The Fake de Yeong Sang-ho.
Un despiadado estafador utiliza a un carismático predicador para manipular a la población de un pequeño pueblo que va a ser inundado en breve por la construcción de una presa, aprovechando su desesperación y candidez. Cuando el pueblo entero se ha quedado totalmente embelesado con la falsa salvación que les están vendiendo, su verdadera salvación aparece en forma de un violento y pendenciero alcohólico que regresa después de mucho tiempo fuera. Una discusión de bar llevada a más hace que el borracho busque vengarse del estafador, y ante la indiferencia de la policía decide tomarse la justicia por su mano de la forma más violenta imaginable.
En The Fake el mito postmoderno del antihéroe es elevado a la enésima potencia. Min-chul no es tan solo un antihéroe sino que se trata de un ser completamente despreciable, incluso más que los villanos contra los que combate: es capaz de golpear a su mujer, insultar a su hija y destruir su futuro gastándose todos sus ahorros para la universidad, además de meterse en todo tipo de reyertas de bar. No obstante es la ira que ciega a este personaje lo que le convierte en inmune a los trucos hipnóticos del predicador. Los paisajes desolados que el film recrea poseen una gran belleza melancólica que contrasta con las brutales explosiones de violencia que no dejan títere con cabeza. La religión, que en la superficie busca ayudar a los habitantes que se quedan sin hogar, guarda en su interior la maldad demoníaca del egoísmo y el oportunismo más cruel. De esta forma todo se torna oscuro y desesperanzador en el herrumbroso pueblo, no existe cabida para la esperanza ni la bondad, todos los personajes son detestables de una u otra forma, y el que no, terminará corrompiéndose y degenerando hasta convertirse en un demonio. Una amarga y sórdida visión que no admite concesiones de ningún tipo.
Mediatrés, como lleva haciendo desde sus inicios, pone a nuestra disposición el más interesante cine asiático del momento, en esta ocasión tanto en formato Bluray como DVD, sin extras y con una excelente calidad de imagen que nos permite apreciar los desoladores paisajes que recrea The Fake.