Revista Cine
Director: Yorgos Lanthimos
Más que gustar propiamente tal, "La favorita" (filmada en 35mm) es una película que me ha entretenido y con la que lo he pasado bastante bien, disfrutando, primero, las desenfadadas actuaciones de tres actrices bastante cómodas y seguras en sus respectivos roles, bien equilibradas entre lo meramente extravagante y el verdadero retrato psicológico de sus personajes (lo segundo sustentando y potenciando lo primero, en términos cómicos a la vez que sustanciales), mérito también de Lanthimos, que en esta ocasión no se va tanto por las ramas y todas las premisas se desarrollan satisfactoriamente a lo largo del metraje. Por un lado tenemos lo argumental, es decir, el duelo entre dos mujeres, primas entre sí, una (Rachel Weisz) la mano derecha de la emocionalmente inestable reina (Olivia Colman) y la otra (Emma Stone) una dama devenida en simple criada que aún así logra abrirse camino dentro de la realeza (o de la nobleza, gente muy extraña y grotesca en todo caso: uno les ofrece la mano y aparentemente te agarran de las bolas los desgraciados), mientras alrededor del demencial trío se cuecen toda clase de tejemanejes políticos que se irán inmiscuyendo en lo más íntimo de estas particulares, ejem, amistades. Este aspecto me parece el más sólido y el que mejor guía el relato. Por el otro lado está todo el cuento del estudio de la naturaleza o de la conducta humanas, perfilado sobre todo a través del trío protagonista, aunque recargarse por este lado me parece algo rebuscado, aunque sí, hay dependencia emocional y/o sexual, manipulación, gente que le gusta dar y gente que le gusta recibir, esos asuntos que tango gustan cuando no hay varones involucrados, y está bien, no digo que no, equilibrado como dije anteriormente (los personajes tienen personalidad, sus actos no son simples números de circo, hay coherencia dramática en estos enredos), pero tratándose de Lanthimos uno esperaría un poco más de complejidad (el tipo no escribió el guión, quizás vaya por ahí la cosa) y capacidad de observación, de mala leche, razón por la cual, aún con sus reproches, prefiero su anterior trabajo e incluso "The Lobster", si nos referimos a sus incursiones en inglés (y ahora él mismo adaptará una novela de Jim Thompson). Lo segundo con lo que lo he pasado bien es con la puesta en escena de Lanthimos y la cinematografía de Robbie Ryan, cuyo trabajo ha sido mayormente filmado en celuloide: los movimientos de cámara, las composiciones, esos gran angulares y la iluminación natural... Me ha parecido una delicia, una exquisitez, una propuesta que va en la línea de la extrañeza y la rareza que causa tanta grotesca pomposidad. Será una comedia negra más sofisticada y refinada (y hasta puede que más inteligente) que la media, pero no deberíamos engañarnos con que es la gran maravilla o qué sé yo, porque, no obstante su buena mano e interesante mirada, estamos ante un Lanthimos extrañamente predecible y comedido y superfluo en todo sentido, más preocupado de jugar a las muñecas que de crear esas atmósferas tan fascinantes como asfixiantes suyas, moralmente desafiantes y terriblemente incómodas.
Y, miren ustedes, ahora sí me queda claro que "Green Book" era la más merecedora del premio de estos Oscars tan blanditos y predecibles (curiosamente, quizás la más "fuera de norma" dentro de tanta propuesta condescendiente), porque esta me ha entretenido, pero no me parece una gran película que digamos y su gran fuerte, que no es algo muy halagador precisamente, es solamente su carácter exagerado, desmedido y extravagante, acaso también contar con nombres destacados en sus filas invita a la indulgencia y la simpatía, porque lo demás está lo suficientemente bien resuelto como para que el conjunto no se derrumbe estrepitosamente.