Revista Cine
Director: David Cronenberg
No pensé que esta película me iba a dejar tan abatido. Su tramo final es realmente desolador. Y a grandes rasgos, sí, no me digan que no es una historia triste."The Fly" (1986) no es precisamente un remake de la película de Kurt Neumann, sino que, más bien, es una nueva adaptación del texto original. Veo que la versión del cincuenta es argumentalmente más fiel, pero no es sorpresa que Cronenberg tome una determinada obra y construya, a partir de dichos cimientos, un edificio de arquitectura propia. No me pondré a hacer un ensayo sobre la nueva carne, concepto capital del cine de Cronenberg, que acá, por supuesto, es parte del pilar fundamental de la pesadilla a la que se ve sometido Jeff Goldblum, el protagonista, el científico cuyo ADN se mezcla con el de una mosca. En esta película no hay misterio ni asesinato que resolver (comenzamos directamente con el experimento del hombre), y la fusión hombre-mosca apunta, entre otras cosas (estamos ante un relato rico en complejidad y profundidad), al descenso a los infiernos de un hombre cada vez más desesperado, asfixiado y doliente por recuperar su condición humana, sea esta entendida como cuerpo (¿se puede ser hombre si tu cuerpo es el de una mosca gigante?), como mente (la moral, nuestro sistema de valores, nuestra percepción de nosotros mismos y nuestro alrededor) o como una mezcla de ambos, y supongo que acá podría entrar lo de la nueva carne, pues Cronenberg suele ensayar sobre los límites de la mente humana, el cuerpo como cerca y la búsqueda de un nuevo molde hacia el que evolucionar. O quizás no, podría estar equivocado. La verdad es que, por más que resulte fascinante todo este tema, las películas de Cronenberg me parecen magníficas y acaban por conquistarme gracias a lo bien que están escritas y dirigidas, a la creación de atmósferas extrañas y sórdidas pero siempre retratando las sombras y la mugre de la condición humana, la psicología de los personajes, de la conducta del hombre en situaciones extremas, de su visión ciertamente salvaje y pesimista de las relaciones y comunicaciones en una sociedad marcada por reglas opresivas, por lógicas de explotación y dominación... Todo lo cual nos retrotrae al concepto de la nueva carne, que quizás no deba ser tomado de forma tan literal (como lo estaba haciendo).El caso es que Jeff Goldblum cada vez se va poniendo más monstruoso y bestial, cada vez ansía más su antiguo cuerpo, su humanidad perdida, y ya digo, el tramo final, con Geena Davis también entregando una interpretación poderosa, es tremendo y doloroso. Es tan loco, pero demonios, la imagen esa del bicho-máquina arrastrándose como un gusano, cargando los pesados últimos ecos de su humanidad, pidiendo piedad con esos ojos grotescos, resulta desgarrador. Oh, y la banda sonora de Howard Shore (colaborador habitual del canadiense), también magnífica, termina por rematar las hondas y descarnadas sensaciones.Acá en el blog ya hemos comentado hartas películas de Cronenberg, la mayoría de ellas correspondientes a su primera etapa. Pienso que ya es hora de continuar con la obra de este tremendo autor. Ardo en deseos de completar su filmografia.No se pierdan esta absoluta genialidad. "La mosca".