No tenía muy claro si reseñar este libro o no, ya que ha sido una lectura que no me ha entusiasmado especialmente; pero al ser el primer libro que leí en 2014, y encima en inglés, al final me he animado.
Estamos en los años 50 y una pareja de recién casados se traslada a un pueblecito donde él ha conseguido un trabajo de médico. Isabel, la mujer, pasa de repente muchísimo tiempo sola, aguantando las rarezas de su casera e intentando ser una buena ama de casa, pese a tener una formación que le hubiera permitido encontrar algún trabajo como profesora. Pero en fin; hace lo que puede y un día, muerta de frío porque el carbón -y muchas otras cosas- siguen racionadas después de la guerra, encuentra una gabardina de un piloto en el fondo de un armario. Y, tras ese suceso, un hombre comienza a rondar la casa y a pasar algunos ratos con Isabel.
El caso es que es todo tan predecible como parece, y aunque el libro se lee bien, me pareció que tampoco es una historia para recomendar. La ambientación es lo único que me gustó, con esos escenarios en la casa alquilada donde se oye a la casera en el piso de arriba caminar de un lado durante todo el día, sin pausa; el frío y la soledad que envuelve a Isabel, y esa época de escasez pero también de esperanza de después de la guerra.
Vi la novela en la sección de inglés de la biblioteca y lo saqué en préstamo sin saber nada sobre ella ni haber leído ninguna opinión. No se puede acertar siempre, supongo.
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