Dirección: Peter Jackson.
Intérpretes: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, James Nesbitt, Aidan Turner, Graham McTavish, Jed Brophy, Luke Evans, Benedict Cumberbatch, Stephen Hunter, Ken Stott, Evangeline Lilly, Orlando Bloom, John Callen, Adam Brown, Dean O'Gorman, William Kircher, Peter Hambleton, Mark Hadlow, Lee Pace, Sylvester McCoy, Cate Blanchett, Mikael Persbrandt, Stephen Fry, Ryan Gage.
SinopsisEn esta segunda entrega de El Hobbit continúan las aventuras de Bilbo Bolsón (personaje interpretado por Martin Freeman) en compañía de los trece enanos y el mago Gandalf (a quien da vida de nuevo Ian McKellen).
El camino que realizan les ha de llevar hasta "la Montaña solitaria", para encontrarse con el dragón Smaug y que Thorin Escudo de Roble pueda recuperar el trono de Erebor, reino perdido de los Enanos.
CríticaFeliz año nuevo. De vuelta al camino; tanto para todos nosotros en este nuevo año que comienza, como para Bilbo, los Enanos y Gandalf, en su marcha hacia las tierras del reino de Erebor. Un largo sendero que, a través de desfiladeros, bosques, pasadizos y cuevas, ha de conducir hasta el reino perdido de los Enanos. Un camino plagado de peligros y personajes, que se convierte en poco menos que un videojuego de plataformas, tal y como lo hiciese la primera de las entregas. Por momentos parece que tienes que ir pulsando triángulo o círculo para que los personajes salten, corran, se agachen o brinquen, y dirigir la miranda hacia arriba, abajo, izquierda, derecha, en busca de armas, poderes especiales, refugios o un "extra-life". Llega incluso a marear.
Como ya comentásemos en su día, tras el visionado de la primera de las entregas, esta saga tiene sentido como prolongación de la de El Señor de los Anillos y aprovechando su tirón (=filón). Sin duda, acaparará un buen tesoro en forma de taquilla, cual dragón Smaug reposando sobre sus cientos de miles de toneladas de oro. No obstante, esas riquezas, al igual que las custodiadas por el dragón, no se deberán a méritos propios, sino al trabajo concienzudo de los Enanos, que en este caso es la fama, el buen hacer, la crítica y la espectacular novedad que supuso la primera de las trilogías de Peter Jackson. Sólo así se explica la excesiva extensión (otra trilogía) de esta adaptación de la novela de Tolkien, mucho más breve y concisa que su obra cumbre.
Esta segunda entrega, vista con nuestra ignorante mirada, tiene un mayor encanto, más acción y nos vuelve a acercar al esplendor de aquella Tierra Media que ya nos presentase Peter Jackson. Este reverdecer de aquellos viejos, bonitos y añorados laureles es reconfortante y atractivo para el espectador, quien posiblemente se sienta más "enganchado" a ésta entrega que a la anterior de la saga. Además, las acrobacias de los elfos (mucho más presentes en esta ocasión), junto con la presencia del dragón en el tramo final, aportan magnificencia y brillo, algo que se echaba de menos en la primera parte de este Hobbit, mejorándolo así sustancialmente. Reconocemos que son éstas reflexiones del corto plazo, sin apenas tiempo a una mínima maduración, tras la cual, van girando hacia la idea de que tampoco hay que engañarse, y es que, al fin y al cabo, estamos ante más de lo mismo. Simplemente algo mejor decorado y quizá un poco más aderezado. Pudiera ser; pero tampoco más.Tenemos la sensación de que la historia avanza, teniendo más contenido y justificación que en la primera entrega, la cual parecía un eterno camino, sin más. Si a ello le añadimos que se la dota de más acción, lo que sin duda es un acierto, el espectador “medio” se congratulará notablemente, aportándole un entretenimiento correcto, pero sin llegar a enamorarle. Nuestra conclusión es que es ligeramente mejor que la primera, pero tampoco nada excepcional que vaya a entusiasmar.
Nota general: 5,0 sobre 10.
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