Revista Cultura y Ocio

'The House on the Cliff', de D. E. Stevenson

Publicado el 26 octubre 2015 por Carm9n @Carmenyamigos
 'The House on the Cliff', de D. E. Stevenson
Nada más acabar de leer Las cuatro Gracias (antes habían caído, y en este orden, El libro de la señorita Buncle, El matrimonio de la señorita Buncle y Las dos señoras Abbot) tenía claro que mi experiencia con la prosa D. E. Stevenson no se quedaría aquí, y así ha sido. Dos son los últimos libros de esta autora que me he comprado, en inglés y con el encanto de los libros de segunda mano, aunque este de hoy, excepto la sobrecubierta, está en muy bien conservado para ser una de las primeras ediciones de 1966. Los dos libros, como os decía, son The House on the Cliff y Charlotte Fairlie (esta última también se conoce con otro título, The Enchanted Island).  Sigue siendo un delicioso placer relajarse con las encantadoras y amables historias de D. E. Stevenson. The House on the Cliff (La casa del acantilado) fue publicada en 1966 aunque recrea un ambiente más propio de los años 50. Elfrida Jane (sí, el nombrecito se las trae) es una joven huérfana de 21 años, actriz de escaso talento que sobrevive con pequeños papeles. Tras el reciente fallecimiento de su madre, amiga y confidente- a su padre apenas lo recuerda- se siente muy sola y con pocas perspectivas de éxito profesional- su talento es limitado pero se dedica a la escena porque sus padres estaban involucrados en este mundillo-. El famoso galán Glen Siddons, estrella en la obra en la que está actualmente trabajando, no le es en absoluto indiferente, como le sucede a muchas otras, aunque sus posibilidades de ser correspondida son casi nulas. Por suerte para Elfrida, cuenta con el apoyo, compañía y los buenos consejos de su patrona, Miss Martineau, la patrona de la humilde pensión para actores en la que vive en Londres'The House on the Cliff', de D. E. StevensonY será ella, Miss Martineau la artífice del cambio en la vida de la joven al leer una noticia en el Daily Telegraph, en la que un bufete de abogados anuncia la necesidad de contactar con Marjorie Ware, nombre de soltera de la madre de Elfrida. Los abogados informan a esta de que su difunta abuela materna-  no mantenían contacto desde que la joven Marjorie se había fugado con el actor Frederick Thistlewood, padre de Elfrida- ha legado la casa familiar de Devonshire a su hija, y por lo tanto, una vez que ha fallecido, a su nieta, Elfrida. Mountain Cross, la casa del acantilado, es suya.
"There was a triangular green surrounded by cottages with daffodils in their gardens. The old church and the vicarage stood back from the road, half hidden in a grove of beech tres. On the right there was a post office and general store, on the left was a inn with a sign board   Three Jolly Men.
     - 'What a dear little village!', Elfrida exclaimed.
- 'Mountain Cross', said Ronnie. 'And here is the entrance to your property, Elfrida Jane!' "
'The House on the Cliff', de D. E. Stevenson
A partir de aquí la historia es sencilla, predecible y encantadora. La casa se erige como gran protagonista. La casa vieja, familiar, sólida, que la da a Elfrida la agradable sensación de pertenecer a algo y que le revela además la verdad de su pasado familiar, de su madre y sus abuelos. Habrá, eso sí, algunas pequeñas dificultades: luchar con el primo Walt que pondrá en duda la legitimidad del testamento, por ejemplo, y hacer frente a los casi nulos recursos económicos con los que cuenta. Por fortuna, los abogados, la gente del pueblo, una reveladora carta y la señora y el señor Chownes, que llevan toda la vida trabajando para sus abuelos y deciden quedarse con ella, le facilitarán mucho las cosas. Mrs. Chownes será un personaje destacado, de bondadoso corazón, y que dará el toque de humor en muchas situaciones con esa lengua imparable, totalmente opuesta a la de su callado marido.
Pero habrá tiempo para el romance, que llega delicadamente y poco a poco y al que la autora apenas dedica, y se agradece,  una par de páginas al final. Y es que Elfrida, antes de poder centrarse en estos asuntos del corazón, debe realizar y recibir alguna que otra visita de sus amables vecinos, ordeñar a la dócil Pansy, cuidar a los cerditos, limpiar el estanque, organizar el jardín,... a  hacer, en definitiva, de Mountain Cross un hogar duradero. Y debe además recibir una visita inesperada, la de Glen Siddons, que llega no solo de modo sorpresivo sino además acompañado. Esos días de estancia de Siddons le permitirán a Elfrida conocer al verdadero Glen ("All that glitters is not gold", que dicen los ingleses), aprender a querer al hijo de este y aprender a conocerse a sí misma. Estos capítulos son de los mejores del libro, a mi entender, por lo que suponen de revelación y autoaprendizaje.
'The House on the Cliff', de D. E. StevensonSin querer desvelar más de lo aconsejable añadiré tan solo que Elfrida, la joven tímida, tranquila, serena y sincera, la muchacha que se gana a la gente con su humidad y sencillez- al lector también- y que no cree ser merecedora de tan buena suerte, Elfrida se ha encontrado a sí misma y su sitio en el mundo.
La forma de narrar de D. E. Stevenson tiene el encanto de lo sencillo, de un lenguaje cercano y familiar que esconde grandes verdades, de los hermosos paisajes y unos personajes cercanos y realesThe House on the Cliff es una lectura que se acaba con una sonrisa- un pequeño suspiro quizá, si te coge un poco sentimental- y con la visión, desde el acantilado, del sol ocultándose en el lejano horizonte. (Ya véis, amig@s, que a mí sí me ha cogida un poco cursi y sensiblera). 'The House on the Cliff', de D. E. Stevenson  ¡Gracias por compartir!

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