Revista Cine

The human centipede (o, ¿qué me pasa doctor?)

Publicado el 23 junio 2010 por Crowley
The human centipede (o, ¿qué me pasa doctor?)“Atended a su infernal caída, y ojalá que su diabólico destino precise al hombre sabio a no prestar más su admiración a esas cosas prohibidas, cuyo estudio profundo lleva a los espíritus atrevidos a prácticas vedadas por el poder celestial.”
La trágica historia del Doctor Fausto
Hay películas cuyos trailers prometen mucho más de lo que finalmente acaban dando.
Pues bien, ésta es una de ellas.
Supongo que a estas alturas muchos de ustedes ya habrán leído sobre este singular y perturbador largometraje que, a poco que me equivoque, está condenado a convertirse en la marcianada de la temporada, en la bizarrada de culto del año. Les hablo de "The human centipede" (First sequence) que, si bien es cierto que prometía mucha más escatología y malsanidad de la que acaba ofreciendo (por suerte para estómagos delicados como el mío), es un (simplemente) correcto plato para degustar en una doble sesión como las de antes.
A lo largo del tiempo, evolucionando pero fiel a sus principios, el cine de género fantástico ha desarrollado casi desde sus orígenes, la idea recurrente del "mad doctor" de turno que juega a ser una divinidad y sueña con conseguir crear vida.
Podríamos imaginarnos, según la visión que el cine y la literatura nos ha dado del mito, que el primer Mad Doctor de la historia sería el mismísimo Dios de los cristianos, que de la nada, con barro y su aliento, se supone que creó vida. Siguiendo con esta visión religiosa, la cábala judía nos habla de un ser de barro, el Golem, creado para proteger al pueblo judío. Aunque sería Mary Shelley quien nos enseñaría el patrón que aún hoy perdura en nuestros días de científico loco en la figura del Doctor Frankenstein. Muchos han sido los doctores que han pasado por nuestras pantallas en cientos de películas: The Magician, Metropolis, Dr. Jekyll, La isla del Dr. Moreau, El hombre invisible, Flesh for Frankenstein, The Rocky Horror Picture Show, El hombre con Rayos X en los ojos, cromosoma 3, Re-Animator, The man with two brains, Hollow man, The Fly... ...Pero ninguno como el Dr. Heiter de esta película, especializado en separar siameses y que más parece un cruce entre Herbert West y el Dr. Mengele que un sucesor de los trabajos del Baron Frankenstein. Aquí el "Mad" está muchísimio más desarrollado que el "Doctor" (que también). Sólo así podríamos explicar que a alguien se le ocurriese semejante aberración, y es que es esa aberración contranatura, esa perversidad, la que hace que el film tenga interés y que gane muchos puntos de originalidad (la calidad del resultado final es más que discutible, sobre todo por la interpretación del "trío centípedo", que está muy por debajo de la genialidad del Doctor).
Quien se acerque a "The human centipede" ha de tener en cuenta que lo que su imaginación va a ver va a ser más de lo que se nos muestra (algo que sinceramente es de agradecer), ya que el director, el desconocido para mi Tom Six, insinúa más que muestra, deja que seamos nosotros los que visualizemos lo que no aparece en pantalla, con lo que el error y la incomodidad se acrecenta hasta límites insospechados.
La historia que se nos narra es, en un alarde de "originalidad", nos muestra a dos jóvenes turistas americanas, Lindsay y Jenny, que se pierden en un bosque en la noche y llegan hasta la casa del Dr. Heiter sin saber qué futuro les espera allí. Hay quer reconocer que el guión es simple y la historia mil veces vista, pero cuando termine la película no les dará esa impresión (se queda en correcta,y ya es mucho).
El Dr. Heiter ha de convertirse desde ya en un nuevo icono del género. Brillantemente interpretado por Dieter Laser, vemos cómo alguien es capaz de construir un personaje con tan solo una mirada, penetrante, inquietante, escalofriante, fría y mórbida como si todo él estuviese hecho de una sustancia gelatinosa que haría las delicias de un Lovecraft escritor (su anfibio rostro me recordaba en momentos al de Christopher Walken). Su sueño es crear un ser vivo triple, unido por su sistema gástrico (impagable el momento en el que se ve en el jardín una mini-lápida en la que aparece escrito "A mi tri-perro"), haciendo que el alimento del primero sirva para alimentar a los que van por detrás (brutal la escena en la que Heiter nos cuenta qué piensa hacer y cómo va a llevarlo a cabo).
Extracciones dentales, sedaciones, suturaciones en las que se une el ano de una persona a la boca de la otra, frialdad aséptica, sollozos apagados y mucho "mal rollo" es lo que encierra este peligroso film en el que el trailer prometía mucho más de lo que, a la postre, nos ha acabado dando.
Si han pensado durante la lectura de esta reseña que esta película no es para ustedes, tienen toda la razón del mundo. No seré yo el que se lo recomiende.
P.D.:¡Ustedes disculpen, se me olvidaba!, ¡qué decir de ese final!... totalmente desolador, porque, aunque no lo crean, hay destinos peores que vivir junto a otros dos compañeros que formen ahora parte de ti, y es tener que hacerlo con...
"I hate human beings"
Dr. Heiter

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