The Killers - Battle Born (2012)

Lo malo de esperarte mucho de algo es que cuando finalmente llega, en caso de que no esté a la altura de tus expectativas, el deseo se convierte en pura decepción. 

The Killers después de su espléndido Day & Age (2008) se habían auto impuesto el listón muy alto en cuanto a las perspectivas generadas ante sus posteriores composiciones. Mezclando creatividad con influencias retro, parecían haber encontrado la fórmula magistral para habitar desahogadamente entre la calidad y la comercialidad. 

Pues bien, el Flamingo (2010) de su líder Brandon Flowers, siendo un disco que no pasará a la historia, atesora en su conjunto un bagaje mucho más equilibrado que éste que nos ocupa. Las primeras canciones de Battle Born nos auguran un buen disco, que no excepcional, con Flesh and Bone como inicio potente y festivalero; Runaways, que nos confirma una tendencia hacia la épica sonora con reminiscencias a lo Van Halen, y la encantadora pero previsible The Way It Was. A partir del tercer tema el motor se empieza a gripar, aprobando la relajada Here With Me y la 'ultravoxiana' Deadlines and Commitmens. Mención a parte para la preciosa balada Be Still, rayando esta sí a gran altura, albergando esperanzas de que no está todo perdido. El resto es de un nivel impropio de un grupo de este calibre, con inicios de temas que se hacen interminables hasta que empieza la primera estrofa, Brandon gritando más que cantando y jugueteos gratuitos con estilos varios, como con el country más mainstream en From Here On Out. Los de Las Vegas habían cimentado una carrera in crescendo, paso a paso, hasta convertirse en unos de los más grandes, por lo que un batacazo como este es de los que duelen de verdad. Si querían convertirse en un grupo llena estadios a toda costa, pues ya lo han conseguido, pero a un precio quizás demasiado alto ya que la gente no es tonta y al final el talento es lo que cuenta, bueno... casi nunca.