Revista Cultura y Ocio
The Kinks en el año 1977 están a tope, en plena vorágine compositiva, de hecho en esta década de los 70 salen a disco por año, que venga alguien a decirme si hacía lo mismo y con tanta calidad. Después de su lado más operístico, y de sus obras conceptuales, habían partido la pana con Schoolboys in disgrace, un discarral, pero será en Sleepwalker donde darán otra vuelta de tuerca. Ray Davies al comando de la nave y de la mayoría de las composiciones, será capaz de abarcar un rango enorme en este trabajo, y de hacer auténticas joyas, considerado disco menor por ahí... para mi es una joya absoluta.En ese mismo año editan el single navideño Father Christmas, temazo de tomo y lomo cuya cara B era un descarte de Sleepwalker, y ojo al descarte, Prince of the punks. Pero ya quisieran bandas de esa época haber compuesto un tema como Prince of the punks, dios santo, qué cambios, qué manera de cantar, esos saxos, esos coros que dicen el título de la canción... me vuelvo locoooo. Si esto no es rock and roll que venga dios y lo vea...
Os dejo con Prince of the punks, brutal.