WORKING LATE A LOT (15 NOVIEMBRE)
En una escena íntima de sexo -y drogas- "Thack" (Clive Owen) le enseña a Lucy (Eve Hewson) que no hay pecado. La educación católica que le dio su padre pesa sobre la enfermera, que se siente culpable por mantener una relación secreta con el mejor cirujano del hospital. Thackery es una figura paterna que ofrece una alternativa a esa moral establecida que nos mantiene a raya, pero nos impide ser felices. En la cama, tras hacer el amor, "Thack" desvela su filosofía personal a Lucy. Su obsesión por vivir el presente es coherente con su absoluta falta de fe en una vida posterior. Pero esto no esconde su debilidad: vivir sin creer en nada le obliga a consolarse en la cocaína a la que es adicto. The Knick está tan bien hilada que, en la escena siguiente, "Bertie" (Michael Angarano) invita a Lucy a una exposición en el Metropolitan asegurándole que ya no se exhiben "mujeres desnudas de la Polinesia francesa". El subtexto es que Bertie sí ve pecado -su padre también es una figura represiva- en la conducta natural de otra cultura "salvaje", sin Dios. Pero la conversación es interrumpida por un "Thack" alarmado ante la escasez de cocaína por la guerra de las Filipinas. El tema de fondo del episodio -y de la serie- se expresa una y otra vez sin hacerse explícito: Thackery vive el miedo a la muerte sin el consuelo de la religión. Es la cocaína la que mantiene a salvo su alma de la desesperación del absurdo de la existencia.
-AVISO SPOILERS-
El "mono" de Thackery marca el resto del episodio. En una conferencia médica, descubrimos a un posible rival en la innovación médica. Pero no sólo eso, Levi Zinberg (Michael Nathanson) también se convertirá en el competidor de "Thack" para tutelar la carrera de "Bertie". Esto se revela tras
un enfrentamiento con Bertram Chickering Sr. (Reg Rogers) que intenta impedir que Thackery le robe a su hijo.El universo de The Knick está lleno de ignorancia y de supersticiones. Es un mundo árido, frío y cruel en el que Eleanor (Maya Kazan) es una mujer temerosa de Dios que ha perdido la razón tras la muerte de su bebé y no acepta que su marido intente reemplazarla -¿fríamente?- por otra niña. Estamos ante una sociedad, la de 1900, que no acepta que un negro como el doctor Edwards (André Holland) o una mujer como Cornelia (Juliet Rylance) tengan éxito. Los prejuicios les impiden ser felices y por eso deben ocultar su relación amorosa, en la que encuentran consuelo. Mientras tanto, Barrow (Jeremy Bobb) toca la puerta de todos los poderes para conseguir el dinero para comprar la cocaína necesaria para anestesiar a los pacientes, pero todos se niegan utilizando "la crisis" como excusa. La imposibilidad de conseguir recursos lleva a Barrow a despedir a dos trabajadores negros. Esa misma ignorancia hace que la Justicia absuelva a Mary Mallon (Melissa McMeekin). La también conocida como "María Tifoidea" -una historia que recuerda a nuestra Teresa Romero- seguirá libre y propagando la enfermedad en un mundo oscuro de cuartuchos insalubres. Ante estas circunstancias, el único refugio para Thackery es el fumadero de opio. Allí alivia su síndrome de abstinencia, pero sobre todo consigue evadirse de una vida que, vista con los ojos muy abiertos, resulta insoportable.
CAPÍTULO ANTERIOR: GET THE ROPE