Ya lo veníamos avisando desde la primera entrega de nuestra serie Cosmosaurios: la Luna está plagadita de dinosaurios. Pero como sabemos que hay mucho negacionista y descreído por ahí, hoy te traemos las pruebas. Jag y Hari Mohan Saxena son dos jubilados indios apasionados de la ciencia. Hari era profesor de inmunología en el Departamento de Veterinaria y Ciencias Animales de la Universidad de Ludhiana, en el Punjab. Jag era empleado de banca y se autodefine como “astrónomo entusiasta” (creemos que quiere decir “aficionado”). Tal vez no tenga el currículum de su hermano y, probablemente, tampoco tenga formación científica, pero eso no supone obstáculo alguno para una mente despierta como la suya que, en sus ratos libres, ha sido capaz de reducir lo divino a una sencilla fórmula que publicó en 2020 en “Definition of God (Mathematical equation)” y, como el resto de los artículos que citaremos en este post, puedes encontrar en el portal académico ResearchGate. Te resumo: 0 = ∞. Por supuesto, ésta es la esencia del teorema, pero se puede desarrollar, de modo que = 0 +_a+_b+_c+_d____+_z, y si quieres sigo, a ver qué te pensabas.
A finales de 2019, se difundió la noticia de que el módulo de aterrizaje lunar Vikram y el rover Pragyan, ambos pertenecientes a la misión Chandrayaan 2 de la agencia espacial india (ISRO), se habían perdido en la superficie de la Luna. Sintiendo que su gobierno le necesitaba, y mientras la fórmula divina tomaba forma en su cabeza, Jar decidió tomar cartas en el asunto. Hoy día ya no es necesario ser astronauta ni trabajar en un observatorio astronómico para barrer la superficie lunar. Es más, ni siquiera hace falta disponer de presupuesto o medios técnicos propios. La ciencia está al alcance de cualquiera, el siglo XXI la ha democratizado por fin.
Ni corto ni perezoso, Jag se puso a rastrear las coordenadas de la Luna donde los cacharros habían desaparecido utilizando la cámara orbital de reconocimiento lunar de la NASA a través del portal LROC (si no eres astrónomo es porque no quieres) y, en unos pocos días, lo localizó y se lo comunicó a ISRO y a la NASA a través de Twitter (perdón, X). Por lo que sea, no le hicieron ni pajolero caso, así que tiró de su hermano y éste de su hija Priyanka, ingeniera electrónica, que les ayudó a limpiar la imagen de impurezas, sin tocar nada con Photoshop. Aquí tienes la noticia, tal como la publicó H. N. Saxena... ¿De qué me suena este apellido? Por cierto, ¿sabías que en agosto la Chandrayaan 3 alunizó en el Polo Sur, dispuesta a empezar la conquista del satélite?
La misión Chandrayaan 2
Después de esta misión de rescate espacial y de desantrañar los misterios de la deidad suprema, era inevitable que Jar Mohan Saxena arrastrara consigo a su hermano Hari y ambos se volcaran en la investigación lunar, suponemos que con la intención de seguir descifrando las claves del cosmos a través del resto de la Vía Láctea y más allá, hasta Ganímedes o Raticulín. Pero las revelaciones que tuvieron explorando la superficie lunar les han mantenido ocupados hasta hoy. Y no es para menos, como vas a comprobar.
El año pasado decidieron dar a conocer sus primeras conclusiones en la revista de Raipur International Journal of Science and Research, propiedad de algún otro familiar o compañero de borracheras, en el artículo “Is Moon littered with Dinosaur Fossils and fossilised flora-fauna of Messozoic Era?” al que sólo puede objetarse que hace un poquito de spoiler, a no ser que la respuesta sea: “Pues claro que no, ¿qué te habías creído, listo?”.
Cráneo de T.rex en el Polo Sur lunar
Las fotografías que publican no ofrecen margen de error. Pese a que “estas estructuras están enterradas bajo muchas capas dentro de la lunosfera, que no son posibles de identificar sobre la superficie de la luna a simple vista”, nada de ello es insalvable para el LROC si utilizas la capa GLD100+LOLA (Slope) de Act / Virtual layers (Experimental), por supuesto. De modo que las conclusiones son rotundas: claramente podemos ver un cráneo de T-rex (en otras publicaciones menos serias lo llaman Tyrannosaurus rex), dos esqueletos de Parasaurolophus, uno de Protoceratopsiano (también lo habrás oído llamar protoceratópsido), otro de pterodáctilo (Pterodactylus en revistas de menos caché) y otro de Dragon (una especie dinosauriana muy común en el Medievo europeo y Extremo Oriente).
Últimas tendencias en reconstrucciones paleoartísticas
Puede que los Saxena no sean astrónomos, pero tampoco son paleontólogos. Conscientes de ello, se han apoyado en material gráfico paleontológico de última generación para contrastar sus hallazgos. Concretamente, citan el único libro de dinosaurios que tienen en sus estanterías, The Dinosaurs (W. E. Swinton, 1970), una obra muy popular en los años setenta gracias a los dibujos del paleoartista Neave Parker... aunque en realidad se trataba de una reedición del original que el paleontólogo escocés publicó en 1934 y, para entonces, sus ideas sobre la anatomía, la ecología y la sistemática de los dinosaurios ya estaban pasadas de moda. Pero bueno, para asegurar que el polvillo lunar que muestra el satélite norteamericano corresponde al isquion de un Parasaurolophus puede valer. No recordamos haber visto ningún Dragon en el libro de Swinton, aunque no hemos revisado otra cita del artículo que, tal vez, podría arrojar más luz sobre este asunto: “A., & V. A. P. B. A. (2013) ¿Qué es el Mesozoico? Ciencia para niños.”
Esqueleto de Parasaurolophus completito en el Polo Sur lunar
Aunque la tesis es más que sugerente, los Saxena saben que, para hacer la historia más atractiva al público, no hay como añadir unas pequeñas dosis de nacionalismo. De modo que nos cuentan que la presencia de vida en la Luna no debe extrañarnos, en tanto el satélite indio Chandrayaan 2 –cuyo alunizaje fracasó, como explicamos- confirmó la existencia de agua no sólo en el Polo Sur, como ya se sabía, sino en todas las latitudes lunares (concretamente, localizó señales de una molécula, entendemos que muy gorda).
Por supuesto, por fascinante que sea este hallazgo, los Saxena no se vuelven locos y, enseguida, nos ofrecen algunas explicaciones plausibles. La presencia de fósiles de dinosaurios en la Luna puede deberse a la llegada de meteoritos con restos procedentes de la Tierra, relacionados con la extinción de los dinosaurios (suponemos que quieren sugerir que pueda tratarse de restos expulsados al exterior a raíz del impacto del meteorito de
Chicxulub). Pero si no os convence esta tesis, tienen otra alternativa: la evolución convergente de la vida en el satélite...
Dragón del Polo Sur lunar
No entendemos muy bien que el mundo de la ciencia no se revolucionara el año pasado ante estas increíbles revelaciones. Seguramente a los hermanos les pasó lo mismo y decidieron seguir su prospección en busca de más restos. No os lo vais a creer, pero al parecer, la superficie lunar esconde muchos más secretos. Claro, cuando uno pasa mucho tiempo delante de la pantalla del ordenador mapeando superficies ignotas, es proclive a ver todo tipo de imágenes. Como aquel juego con las nubes de la película Familia de Fernando León de Aranoa. Y los Saxena no sólo han encontrado fósiles, como nos cuentan en su artículo “Discovery of a Sri Yantra-like structure on the Moon” (2023). En esta ocasión, el hallazgo se dio a conocer en una revista extranjera, Nature and Science. Editada por la norteamericana Marsland Press, que en su portal web exhibe artículos creacionistas o sobre lo fácil que es ganar jugando a la lotería, la cabecera está prácticamente monopolizada por autores indios y no sabemos cuánto cobran a los autores por publicar cada artículo.
El Sri Yantra es una compleja geometría considerada sagrada por el hinduismo y el hecho de que los Saxena crean haber detectado una forma similar en la superficie lunar es un claro indicio de un antiguo, y probablemente primer intento de los hindúes de colonizar la Luna. El segundo indicio son los propios hermanos, lunáticos a todas luces.
Enterramiento con estructura similar al cráneo de un animal
A continuación, describieron unos extraños enterramientos en el New York Science Journal, otra cabecera de la misma Marsland Press (qué nombre más bien escogido: “Ediciones marcianas”), en “‘Burial pits’ with animal and alien skull – like structures present on the South Pole of the Moon suggest humans and / or aliens might have existed on the Moon at some time” (2023). Los estragos de la fortísima medicación que toman para la incontinencia urinaria son cada vez más evidentes en Jab y Hari:
“Hemos descubierto en el Polo Sur de la Luna unas fosas pequeñas y poco profundas en la superficie lunar que son diferentes de los cráteres naturales. Cada una de estas fosas tiene un cráneo alienígena -o animal- como objeto (sin el resto del cuerpo) en el centro, colocado sobre una estructura similar a una bufanda, hecha de una malla fina o un patrón similar a un código de barras de bandas equidistantes colocadas regularmente, que se extiende a lo largo del diámetro de la fosa. La bufanda está presente en el centro de la fosa, bajo el cráneo, a lo largo de un solo eje y cubre sólo una parte de la fosa. No hemos encontrado ninguna fosa que contenga bufanda sin cráneo o en una posición diferente con respecto al cráneo. La bufanda no es una estructura o formación natural, como se desprende de su diseño uniforme, su notable simetría y su posición en la fosa. En los cráteres normales, los restos se esparcen radialmente alrededor. Tales fosas podrían haber sido excavadas por humanos o alienígenas o podrían haber usado cráteres existentes para enterrar a los muertos o matar a los alienígenas o animales siguiendo un ritual particular o un protocolo”.
De modo que nos encontramos ante los vestigios de una antigua civilización selenita adicta a los sacrificios rituales, posiblemente para rendir vasallaje a su 0=∞. Como escritor de ficción, me está costando terminar el post y no ponerme a desarrollar ya mismo una novelita con todo este material, pero esperaré hasta tener claro para qué sirve exactamente un Sri Yantra, no vaya a ser que me complique toda la trama...
Huevo con embrión dinosauriano fosilizado
Si creíais que ya habíamos tocado techo, esperad a conocer el último y definitivo descubrimiento de los hermanos Saxena, dado a conocer en “Dinosaur eggs with fossilized embryos on the Moon” (2023), publicado de nuevo en el prestigioso New York Science Journal. Jag y Hari siguen con sus pesquisas, noche tras noche, y sin dejar los porros, mira que se lo dijo su madre cuando eran chavales y siguen sin hacer ni puto caso:
“Hemos descubierto a partir de imágenes LROC de la NASA dos huevos de dinosaurio en la Luna que contienen embriones fosilizados. Uno de los huevos (Lat. 38.39144, Lon. 321.00588) es oval con una fina cáscara cristalina de doble capa. El embrión tiene una cabeza grande con cavidad orbital [¿sólo una?], pico y un cuerpo con extremidades largas y garras afiladas y puntiagudas. El cuello, el tórax y la región lumbar y las extremidades están articuladas. El segundo huevo del Polo Sur (Lat. -72.86305, Lon. 29.77745) es redondo y la gran cabeza del embrión tiene pico, cavidad orbital y extremidades grandes con garras afiladas y puntiagudas. Esta es posiblemente la primera evidencia de vida extraterrestre”.
Este huevo se fosilizó antes de desarrollar el embrión
¿Qué más sorpresas nos deparará la Luna? ¿Habrá especies de sauropterigios mesozoicos selenitas endémicas o todos serán iguales a los de la Tierra? ¿Encontraremos material genético clonable de dragón? ¿Llegaremos a ver nazis montando sobre tiranosaurios? Dadles unos meses y un par de cubatas más a esta pareja y todo puede ser...