‘The Mandalorian’ 2×01, “The Marshal”: Deadwood y el condado de Harlan en ‘Star Wars’.

Jon Favreau sabe lo que queremos, y no nos lo da en pequeñas dosis, nos lo da en grandes dosis y desde el principio. Porque el capítulo inicial de la segunda temporada de 'The Mandalorian' es magnífico de principio a fin.

Favreau es un experto en Blockbusters y eso se nota, no en vano ha sido una pieza clave en todo el desarrollo del universo cinematográfico de Marvel, desde que en 2008 dirigiese 'Iron Man '. Pero lo más importante es que nunca se olvida que esto no es una película de 120 minutos, sabe que es una serie y que tiene alrededor de 40 minutos para atrapar al espectador. Y vaya si lo hace.

"The Marshal", así se titula el 2×01 de 'The Mandolarian', es quizá el mejor que hemos visto hasta la fecha, y eso es mucho decir. Lo tiene todo: Un buena continuación de lo visto al final de la primera temporada, una muy buena trama, guiños por doquier al universo 'Star Wars', acción, "Baby Yoda" siendo adorable y un final, con un espectacular cliffhanger, que recuerda, como casi cada capítulo de la serie, a los western crepusculares, con ese cierre de cámara y esa música de Ludwig Göransson (Oscar por 'Black Panther y Emmy por 'The Mandalorian') que no deja lugar a la duda.

'The Mandalorian' es un western, como ya lo fue en su día 'Firefly'. Y este capítulo es el más western de todos. Desde la disposición del pueblo, la entrada de Din Djari a éste, la discusión en la cantina, los Moradores de las Arenas, la misión y, por supuesto, "The Marshal".

Seguramente el título del capítulo ya lo tenían pensado antes de contratar a los actores, pero, si no fuera así, sería todo un homenaje a Timothy Olyphant, sus dos papeles más importantes hasta la fecha, y las series en las que aparece: El Sheriff Seth Bullock en 'Deadwood' y el Marshal Raylan Givens en 'Justified', dos actuaciones de altura que se pueden ver en el personaje de Cobb Vanth (¿Cobb vendrá por uno de los protagonistas de 'El Virginiano'?), con esa chulería, esas poses, ese humor seco y esa manera tan educada de amenazar. Solo le falta su inseparable sombrero de vaquero.

En fin, un capítulo que lo tiene todo y solo es el inicio de la temporada. No quiero ni pensar en lo que nos queda por ver, y más con ese final de capítulo...