Revista Cine
Director: Ridley Scott
Hoy será un día dedicado a la ciencia ficción, primero con la última película a la fecha de un veterano, luego con la primera película de un, digamos, maduro y promisorio talento británico. "The Martian" es la película mejor recibida de Ridley Scott en años, y es que "Exodus" fue vapuleada por público y crítica (no la he visto, pero no luce tan mal, ¿o me equivoco?) al igual que "The Counselor", que para ser justos, es una puta obra maestra; "Prometheus" fue tratada con mucha injusticia, especialmente de parte de la fanaticada más agresiva y talibán, y de ahí para atrás encontramos títulos dispares y poco confiables, aunque, insisto, no todo es tan malo con el viejo Ridley. En cualquier caso, no esperaba mucho de "The Martian", especialmente por unos adelantos que mostraban una película que a mí no me gusta: buenista, condescendiente y complaciente, además de liviana y banal a más no poder. Pensé que no me iba a gustar, pero finalmente sí me acabó gustando (o aceptando...), a pesar (o gracias -¿?-) a los elementos que, pensaba, iban a suponer un lastre para la cinta, que lo son. Vaya cosas...
Un grupo de astronautas en Marte sufren complicaciones y deben abandonar el planeta producto de una tormenta, la que, lamentablemente, ataca a un Matt Damon tan malherido que es dado por muerto y abandonado en el planeta rojo. El tipo no muere, intenta sobrevivir, y luego el plan de rescate no se hará esperar.
"The Martian" sí es todo lo que muestra en el tráiler, cómo no: es fácil en el sentido de que no esconde en ningún momento su objetivo de enganchar al espectador mediante la simpatía y condescendencia más simple y superficial; es buenista en el sentido de que no se preocupa en complejizar la situación de Matt Damon ni, mucho menos (aspecto que no es necesario ni urgente, sobre todo para una cinta comercial como ésta), incluir sesudas reflexiones filosóficas y existenciales, por el contrario, la máxima es trivializar el problema en pos de un entretenimiento puro y duro; es autocomplaciente en un sentido no absolutamente negativo porque, siendo consciente de la receta para el éxito, Scott le saca provecho al imperante buen rollo que envuelve cada fotograma y minuto de metraje sin sentirse mal por ello, más bien disfrutando la fiesta marciana. Todo esto parece ser un despacho a gusto de mi parte, pero lo cierto es que no me siento ni indignado ni estafado, pues "The Martian" funciona tal cual se lo propone, por lo tanto, no puedo criticar ni enojarme por unas decisiones deliberadas y un relato que avanza en función de dicha propuesta, aunque entiendo perfectamente si el extremo optimismo empalaga a más de alguno (yo mismo, a veces, prefería mirar la pared de mi habitación a las felices conversaciones por skype entre los astronautas y sus familias). Además entretiene un montón mediante un relato bien planteado y desarrollado, con un punto de partida de lo más atractivo: en un entorno prácticamente mortal para el pobre Damon, el hombre tendrá que sobrevivir como pueda. El enfrentamiento a la adversidad y el nunca te rindas que una mano salvadora bajará a ayudarte, etc. Interesantes son todos los trucos que Matt Damon debe hacer con tal de sobrevivir, aunque más que ilusión, a mí me hicieron pensar que, en su situación, ya estaría muerto (por otra parte, no estaría en esa situación si no fuera un documentado y entrenado botánico o lo que sea). Así, entre el manual de Matt Damon, los planes de la Nasa y la moralina barata de la tripulación que pasea en el espacio exterior, a mí el relato me parece sostenido en el ritmo de acontecimientos, aunque no era difícil considerando lo poco exigente de la narración (¿un "127 Hours" espacial? En todo caso, la de Boyle era mucho más difícil de sostener y ejecutar; la comparación es, ciertamente, injusta). No hay mucho más que comentar, después de todo, "The Martian" es cine comercial puro y duro: nada exigente, fácil de ver, aún más fácil de olvidar. ¿Es predecible? Sí, pero es que el resultado final uno lo daba por seguro desde el tráiler mismo, no es que nos fuéramos a llevar muchas sorpresas, ¿no? Rebosante de corrección política y con un piloto automático de "portentosa" y "deslumbrante" factura visual, "The Martian", más que una aventura espacial, es una bitácora sobre un tipo que sobrevive y otros que lo rescatan, con complicaciones por aquí y allá, etc., pero nada muy grande salvo el final, que admito me tuvo bastante nervioso. Lo peor de la película es la presencia de Donald Glover (me dio pena su "actuación", y de hecho, es el mismo estilo que también lo hace lo peor de la divertida "Community") y Kristen Wiig, dos nombres que explican el tono y la forma con que "The Martian" fue rodada. Vamos, que hizo falta la presencia de Amy Schumer para completar la ecuación. Glover se merece un Razzie, que a propósito, tiene nominaciones mayoritariamente blancas, ¡y nadie osa boicotear la premiación! Me sorprende que el colectivo LGBT no haya alegado discriminación por las crueles y malintencionadas nominaciones de los Wachowski y su "Jupiter Ascending"... Es un mundo difícil de entender...