El jazz modal es una especie de puente entre el post bop y los desarrollos que se conocerían a fines de los 50 y durante los 60 como cool, por un lado y free jazz por el otro. Ese puente, por supuesto se llama Miles Davis. En este disco, cinco músicos mexicanos y un estadounidense se reúnen para rendir homenaje al modal a través de la puesta en práctica de los descubrimientos de esa estructura de improvisación sobre tres standards clave del género: “All Blues” de Miles; un tema que apareció en el disco modal por excelencia: Kind of Blue (1959), en el que estuvo acompañado por nada menos que Bill Evans, John Coltrane y Cannonball Adderley; “Footprints” de Wayne Shorter, que este gran músico grabó con el acompañamiento de Herbie Hancock y que también ha sido versionado por el propio Miles, e “Impressions” de Coltrane, que marca a su vez un puente entre el post bop del propio Colt y sus más avezadas experimentaciones hechas entre 1965 y 1967 (Ascension, 1965; Cosmic Music, 1966 e Interstellar Space, 1967). Más de la buena música mexicana en el blog cabeza.
Año: 1999
Género: Jazz modal / Free Jazz
Duración: 64:08
Nacionalidad: México/EUA
Hay que señalar que este standard ha sido un favorito interpretado por numerosos músicos, entre los que podemos contar al mismísimo Christian Vander, el compositor y baterista de Magma, que también tiene excelentes producciones de jazz en trío y cuarteto
La idea modal (y esta es una de las razones por las que Miles es un visionario) radica en trascender la improvisación sobre una escala única, propia del hot y heredada por el swing y el be-bop, desarrollando una mayor libertad de acción en torno a modos armónicos que se suceden uno al otro cambiando de tónica central y eventualmente retornando al planteamiento inicial. Cualquier semejanza con el serialismo post-Schoenberg, el dodecafonismo y la atonalidad, es mera coincidencia, pero demuestra cómo en la libertad del jazz fue posible llegar a conclusiones similares a las que alcanzó la música académica luego de mucha teoría, experimentación y sobre todo discurso. Como subgénero del jazz, el modal se concentra en ciertos discos de esta etapa y con ciertos músicos, pero como forma de abordar la improvisación se ha extendido en el tiempo hasta convertirse en un lenguaje que se puede encontrar lo mismo en el rock progresivo y el jazz rock que en las fusiones basadas en las músicas latinoamericanas e incluso en ciertas expresiones de la electrónica más experimental.
En
cuanto a los integrantes de The Moddal Sexxxtet, todos ellos son
jazzistas de amplio reconocimiento en México y, en algunos casos, en
otros países, como es el caso de los hermanos Toussaint, Eugenio
(fallecido en 2011) y Fernando, fundadores de una de las más
influyentes bandas de jazz fusión en México, Sacbé. También
ampliamente reconocido, una especie de padrino del nuevo jazz
mexicano y promotor quijotesco de esta música que poco a poco ha ido
ganando público en México es el bajista Roberto Aymes, en cuyas
manos recae la producción de este material grabado en vivo en los
Estados Unidos. Con ellos un guitarrista que también ha participado
en gran cantidad de proyectos dentro y fuera de México, Cristóbal
López (también conocido como Cris Lobo), y el saxofonista virtuoso
Diego Maroto en esta que es una de sus primeras grabaciones. El sexto
integrante de la banda es el estadounidense Paul McCandless,
saxofonista de claridad inusitada, fundador de la mítica banda de
fusión Oregon.Y suenan así...
Aviso:
escribo lo siguiente mientras escucho y intentando describir lo que
va sucediendo, con la esperanza de que, si alguien lee, se va a
interesar en la música. Pero si la lectura te aburre, querido lector
cabezón, es porque la música está más chingona, así que ¡deja
de leer! y bájate el disco enseguida porque no te lo puedes perder.
Las
tres versiones incluidas en esta placa se extienden más allá de la
duración de las grabaciones originales de los autores. El sexteto
lleva “All Blues” de Miles a duplicar el tiempo de ejecución que
originalmente grabó el autor. 23 minutos sin cansancio en los que
cada instrumentista va estableciendo el modo improvisativo desde el
carácter de su propio instrumento. Aquí se puede experimentar esta
fórmula multiplicada por seis, más los momentos colectivos. La
guitarra en primer lugar, va a dar paso a una improvisación grupal
que se va a ir acomodando sobre la estructura de los trades,
esa forma de darle a cada músico un espacio personal de
improvisación que se cierra con una coda del ensamble y abre de
nuevo para el siguiente instrumento. El siguiente protagonista es el
sax sopranino (el más agudo de la familia, que suele ser recto) de
McCandless, que terminará en un moderato en diálogo con el bajo de
Aymes, apoyados apenas por la guitarra de Lobo. Poco a poco la
guitarra irá adquiriendo protagonismo armónico, hasta caer de nuevo
en la tónica a nivel sexteto. A partir de ahí se hará más
presente el saxo de Maroto, menos dulce y con más ataque, y el piano
de Toussaint replicando el papel que había llevado hasta ahí la
guitarra. Es el momento más claramente libre del arreglo y deja ver
que los ejecutantes se están divirtiendo como en circo. La batería,
que ha soportado discretamente toda esta estructura, comenzará a
sentirse más a partir de los 15 minutos, y juntos continuarán
desarrollando hasta llegar a un poderoso final llevado de la mano del
piano cuando este concluye una magnífica improvisación individual
con brillos de blues.
“Footprints”
también excede con holgura los 8 minutos de la primera grabación de
Shorter. El arranque es con piano, que marca la tónica y va
generando los espacios para el planteamiento melódico apegado al
original. En esta ocasión tenemos a los dos saxofones armonizando la
melodía. La guitarra toma el relevo con la primera improvisación
modal, sobre un bajo también creativo con el que comienza un
diálogo. El piano interviene discretamente con apoyos armónicos
cuidadosamente colocados en los intersticios del compás.
Probablemente es aquí donde Cris Lobo muestra sus mejores aptitudes
guitarrísticas: velocidad, creatividad y limpieza. A sus costados,
los hermanos Toussaint enseñan esa combinación que le dio carácter
a su banda Sacbé: es como si fueran el mismo músico, percutiendo
juntos al piano y los tambores. Entra después el sax rasposo de
Maroto para ir desarrollando una estructura en la que se queda solo
hasta que su virtuosismo arranca aplausos del público, indicándonos
que el disco se ha grabado en vivo (febrero 18 de 1995, Zafiro Hall).
Aymes toma la posta con un solo de bajo en notas dobles. Piano,
guitarra y batería entran de a pocos para apoyarlo en un diálogo
alucinante. La improvisación se extiende hasta dar paso a un diálogo
de de contrastes entre el bajo haciendo novenas y el sax soprano de
McCandless. Hacia los 16 minutos el ensamble absorbe una energía
como de jazz afrobrasileño sobre las síncopas del bajo y los
acordes del piano, y así se va hasta el final.
Por
último, quizás la más compleja de las tres versiones,
“Impressions” de Coltrane es introducida por el trío básico:
piano-bajo-batería para iniciar el recorrido de 21 minutos de
improvisación modal. Entra después el sax de Maroto directo a la
improvisación; el piano le ha dejado su lugar y luego, cuando el sax
ya planteó su derrotero de virtuosismo, lo apoya. Este diálogo dura
por varios compases. Detrás de él, la batería va mostrándose cada
vez más hasta que por fin el sax se queda solo, reduce el ritmo y
deja que intervenga la guitarra. En la parte más suave de la pista,
guitarra y piano dialogan bajito, nuevamente en formato free jazz,
hasta que el diálogo es sustituido por el ensamble completo con
protagonismo de McCandless en su momento más destacado técnicamente
en todo el recital. Bajo y batería, con discretos apoyos del piano,
le darán cauce al virtuosismo del saxofonista de Oregon y otra vez
el tema se irá a la mesura en volumen. La batería se va al primer
plano en diálogo con el saxo y juntos invitan al bajo y al ensamble
a armarse de nuevo. El trío inicial vuelve a improvisar hacia el
minuto 16 con el piano en primer plano. La guitarra se incorpora un
poco después haciéndole ecos al piano, otra vez mostrando cómo se
divierten estos monstruos. El cierre, como en los dos cortes
anteriores, es un regreso festivo a la idea original.
El
disco es una muestra de jazz en su personificación como lenguaje
universal, ese lenguaje capaz de asimilar extremos, de reunir y
armonizar los contrarios y convertir el espacio sonoro en un lugar
que da gusto habitar. ¡No se lo pierdan! (Y perdonen que no ponga
textos recopilados, pero es que ¡no hay nada! Otra muestra de lo
ciega que es la industria y lo sorda que es la crítica). Pueden escuchar algo más por acá:
https://soundcloud.com/crisobo1/1-all-blues-miles-davis
Lista de Temas:
1. All Blues
2. Footprints
Alineación:
- Paul McCandless / Saxos soprano y sopranino
- Eugenio Toussaint / Piano
- Cristóbal López / Guitarra eléctrica
- Diego Maroto / Sax tenor
- Roberto Aymes / Bajo
- Fernando Toussaint / Batería
