El dúo británico The Montgolfier Brothers editó en 1999 su primer álbum titulado Seventeen Stars. Hablamos de una formación que estaba compuesta por Mark Tranmer y Roger Quigley (que murió en 2020). Hicieron tres trabajos discográficos, este primero, The world is flat en 2002 y All my bad thoughts en 2005. Su estilo musical poco tenía que ver con lo que se hacía en el final de una década como los 90 y son englobados dentro del indie pop o indie folk, pero escuchando este primer disco hay melodías apacibles, donde las guitarras llevan muchas de las melodías, con detalles delicados y una voz principal realmente agradable.Between two points estaba situada en el penúltimo lugar del disco, y aquí nos encontramos con una canción diferente, con un teclado que marca un sonido algo metálico pero que lleva la melodía (me recuerda mucho a temas de Depeche Mode ochenteros inevitablemente) en tono de medio tiempo y en cuya letra está mucha de su importancia ya que es una exploración profunda de la vulnerabilidad humana, la resiliencia (palabra muy de moda) y el autodescubrimiento, ya que desde el inicio nos introduce en una promesa rota y la confianza en lo desconocido, lo que lleva a un viaje emocional lleno de incertidumbre y riesgo. Precisamente la frase "Fell headlong into the arms" evoca una caída libre hacia una nueva experiencia, emocionante al igual que aterradora. Por así decirlo, el narrador en su viaje llega a un lugar inexplorado, que no ha vuelto a visitar, lo que da a entender que se podría tratar de una experiencia única, transformadora en su vida y que desde luego le marcó.Esta canción se ha revalorizado mucho con la versión que ha hecho David Gilmour y que canta su hija Romany Gilmour, una maravilla que te lleva a ir a la original.
Os dejo con Between two points de The Montgolfier Brothers.