Antes de ir a Galicia, ya había oído hablar de sus increíbles puestas de sol. De la luz reflejándose en el agua en calma. Y de la calma que te transmiten esas puestas de sol. Pero nunca me habían hablado de la sensación que se te mete dentro cuando ese atardecer no es ni parecido a lo que habías imaginado. Y cuando, a pesar de no ser lo que esperabas, por diferentes razones, es mucho mejor. Supongo que eso es aplicable a más cosas. Muchas veces, lo que más te gusta es aquello que nunca habías podido ni siquiera imaginar. Ya lo dicen mis adorados-idolatrados-amados Izal "siempre fue mejor lo no buscado". En las fotos de hoy no pretendo enseñaros el outfit (todo el mundo sabe combinar un top blanco y unos shorts negros), sino el precioso lugar al que nos llevó Laura nada más llegar. Fue un inicio de viaje más que perfecto. Espero que os gusten las fotos, nos vemos muuuy pronto♥