An army is a horror. It´s a horrible thing.
The Narrator es una novela de fantasía del autor norteamericano Michael Cisco.
Recientemente agregué en mi feed de facebook al escritor norteamericano Jeff Vandermeer. En diciembre estuvo alabando la nueva novela de Michael Cisco, Animal Money, me dio curiosidad pero en Amazon la tenían agotada y no existe en electrónico. No quise rendirme y decidí leer otra novela de este autor, para entender porque Vandermeer lo pone en las nubes.
No me arrepiento y entiendo el entusiasmo.
Cuando los elogios al inicio de la novela van encabezados por China Mieville sabes que te encuentras ante una obra fuera de lo común: "Michael Cisco está en una liga completamente diferente a cualquiera que escriba actualmente, y The Narrator es Cisco en su forma más alarmante"
El sumario de la novela es engañosamente simple, Low Loom Column es el protagonista y narrador del titulo, quien es reclutado por el ejercito del imperio para participar en una pequeña y cruenta guerra. Los narradores son instruidos en una escuela especial, donde aprenden diferentes lenguas y trascriben libros, su papel no es muy alejado al de los monjes copistas o amanuenses de la edad media.
La obra inicia con Low arribando a la ciudad de Tref, buscando una oficina de la armada para hacer valida su excepción como narrador. Pero en el camino recibe la atención de un Edek, unos enigmáticos seres que trabajan para el imperio. Estos elusivos seres utilizan seres humanos como lazarillos para poder caminar, pero cuando sus ojos se posan en un ser humano es un sentencia de muerte para ese pobre desgraciado.
No le permiten a Low usar su excepción y es reclutado. No puede escapar del ejercito debido al Edek, así que sigue el juego y se involucra en la guerra.
Estoy de acuerdo con la opinión de Mieville, nunca había leído una novela de fantasía así, barroca como La sombra del torturador de Gene Wolfe, extraña como los mundos de Elric el albino de Michael Moorcok, surrealista como el Viriconium de John M. Harrison y alienígena como la Nueva Crobuzón del propio Mieville.
Pero no es la extrañeza el factor principal de la obra, es el lenguaje. Nunca me había encontrado con un libro en donde el cambio de fase fuera tan repentino, tan natural, de narrativa a alucinación a sueño y de vuelta a narrativa. Cuando lo lees pacientemente te puede colocar en un lugar a medio camino de la vigilia y la ensoñación, es fascinante.
No estoy diciendo que sea perfecto, es un libro confuso, muy confuso. Pero aunque suene raro, esto también funciona a su favor, surrealismo puro. Hay combates dignos de Rescatando al soldado Ryan o La caída del Halcón Negro, pero los actos no son heroicos, la acción es enmarañada, anticlimatica y termina antes de que podamos disfrutarla. Nunca he estado en combate pero me imagino que ha de ser algo parecido, puro horror y caos.
Por si esto fuera poco, hay una capa más por encima de la trama, en medio de los capítulos existen algunos diálogos misteriosos, en donde se presenta un enigma más ¿Si Low no es el narrador de la historia, quien lo es? No me molesté en meditar esto, por el miedo de que me diera una embolia.
Pensé que The Vorrh era la novela de fantasía más peculiar con la que me había encontrado en mucho tiempo, al parecer no es así.
Me siento al lado del camino y miro las nubes altas y demacradas a la deriva. Los días son cortos y más cortos, y el cielo se esta volviendo funeralmente florido con otro atardecer. No hay ninguna luz, en ningún lado. La ciudad y el paisaje cantan para si mismos, y desde la cueva de un santo, muy en lo alto, algo lustroso gira y parpadea ocasionalmente. Si espero suficiente tiempo, yo también despareceré en calma. La muerte es lo que siento.