Revista Cuba

The New York Times: Científicos de EE.UU cuestionan ataque sónico en Cuba

Publicado el 10 octubre 2017 por Yusnaby Pérez @yusnaby
The New York Times: Científicos de EE.UU cuestionan ataque sónico en Cuba

The New York Times cree que es un enigma científico el asunto referente al ataque acústico que sufrieron diplomáticos norteamericanos en La Habana, y que al parecer también afectó a otros ciudadanos estadounidenses que visitaron la Isla.

EE.UU. ha dicho que más de 20 de sus diplomáticos fueron afectados por “un arma desconocida” que les ha causado sordera y daños cerebrales  irreversibles.

Los hoteles Capri y Nacional de La Habana son presuntamente los lugares en los que esta arma fue usada.

Varios científicos, expertos reconocidos en acústica, dijeron al citado medio que “es una teoría más apropiada para una película de James Bond, y dudan que un arma escondida de ultrasonido pueda explicar lo que pasó en Cuba”.

“Diría que es bastante inverosímil’, comentó Jurgen Altmann, físico de la Technische Universitat Dortmund en Alemania y experto en acústica.

The New York Times asegura que “durante décadas, los investigadores militares trataron de transformar el sonido en un arma no letal que podría detener a los soldados enemigos en sus pistas; y que “el Pentágono financió el desarrollo de altavoces para producir sonidos de largo alcance. La Marina los utiliza para alejar a los piratas, mientras que el Ejército los despliega en los puestos de control”.

Pero el diario lo aclara: estos dispositivos acústicos de largo alcance “funcionan porque son insufriblemente ruidosos, y si se usan contra los diplomáticos en Cuba, no habría misterio al respecto”.

The New York Times aclara, que estaríamos entonces hablando de “un dispositivo, infrasónico, que produce un sonido fuera del alcance del oído humano,” algo que militares norteamericanos habrían tratado de desarrollar pero sin éxito en el pasado”, o – lo más probable – un arma que usa el llamado “ultrasonido” a frecuencias superiores a los 20.000 hertz.

Pero en todos los casos, parece imposible la teoría de la “unidireccionalidad”; o lo que es lo mismo, diseñar y enfocar el arma para que afecte a un determinado grupo de personas situados a una distancia X del aparato.

Con información de The New York Times.

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